Un gemelo malvado que mata al Rey legítimo y usurpa el trono. Un heredero que sobrevive en secreto más allá de las inescrutables fronteras del Reino.
Un príncipe con el poco disimulado nombre de IGNOSI, el Iluminado, que cruza las enormes Montañas que protegen el Reino Perdido para derrocar al tirano del Ojo Único.
Un Reino conquistado por el Egipto bíblico. Tres "Magos" que lo acompañan en sus aventuras, confiesan venir de la más brillante estrella en el firmamento y que se oponen a la Bruja Mala.
A riesgo de resultar pesado, todos esos arquetipos no forman parte de la novela por casualidad.
Allan Quatermain confiesa que el Antiguo Testamento es una de sus pocas lecturas, y parece que no fue solo el personaje de Salomón -Constructor del Templo de los Israelitas- lo que se coló en sus aventuras desde esas Sagradas Escrituras.
Por lo demás, antes de ver al pobre Harrison Ford hacer de nuevo el ridículo como Indiana, es mucho mejor leer las aventuras de Quatermain, que en tantísimos aspectos constituye el modelo seguido por Lucas para "crear" a su arqueólogo aventurero.
La prosa de Haggard se lee de manera muy fluida, con las descripciones justas para sumergirnos en la desconocida "África Negra" del Siglo XIX, y con una acción trepidante donde se suceden las maravillas narradas con bastante buen humor.
Sea por el mensaje espiritual o por lo original -en su día- de la aventura en un Reino Perdido, la novela sigue siendo un magnífico divertimento.
Yo diría que hasta Kipling la había leído cuando escribió su "The Man Who Would Be King" unos años después, pues el grupo de aventureros y el modo en que los nativos son engañados resulta muy similar.
Continuaremos con las aventuras de Allan en cuanto podamos, pero nos quedan otros muchos mundos por inaugurar...
1 comentario:
Haggard es una maravilla. Buenísima la referencia a Harrison Ford XDD Sin duda es mucha mejor idea volver a la fuente original (y disfrutar de la primera trilogía de Indy. Mejor ignorar que existe algo más).
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