Ya alabamos la capacidad didáctica de "El Brujo" comentando El Evangelio de San Juan.
Obviamente, los cristianos tenemos bastante familiaridad con ese texto, pero tenemos bastante menos con los clásicos latinos, y NULA en el caso de que estos se centren en novelizar una serie de capítulos iniciáticos de las antiguas Religiones Mistéricas de Grecia y el sincretismo religioso hermético del mundo panhelénico.
Pero, lejos de amilanarse, el Maestro -"y digo bien, pues lo es"- Rafael Álvarez decide llevarnos obscurum per obscurius, ignotum per ignotius, y chotearse de la complejidad de la "trama" -si puede llamarse así al hilo conductor entre el millón de apartes que hace- volviéndola para el profano mil y una veces más abigarrada. O no.
"Con un mucho de azucar", que de la que cantaba Mary Poppins, El Brujo hace la gran magia de meterse en el bolsillo función tras función a todo su público, sea en Mérida o en Algete, y explicar la fábula simbólica espiritual de manera de que TODOS la comprendan y además agradezcan infinitamente la lección.
Por si esto fuese poco, y existiese alguien no interesado en aprehenderlo, El Brujo hace mil y un apartes lanzando la más certeras puyas sobre la realidad actual.
Es prerrogativa del Bufón burlarse de la Corte, y nuestro querido cómico hace uso y abuso de la misma. Así pues, se trata de un espectáculo de crítica de la actualidad, una crítica mucho más certera y comprensible cuando se hace desde la ya decadente Roma o desde la inmutable Eternidad que llegamos a avistar entre bromas y veras.
Para los que si somos algo Adeptos, descubrir la obra de Apuleyo servirá de manera In-Mediata para que In-Tuyamos qué otras Grandes Obras del teatro y la literatura encierran bajo sus burros, un mismo simbolismo espiritual, una idéntica -mutatis, mutandis- estructura simbólica: El Sueño de una Noche de Verano, Don Quijote de la Mancha, Pinocchio...
Sin apenas recursos escenográficos, solo con su voz y su vis comica, El Brujo Forma, Entretiene y Divierte.
Se puede decir de el lo que de Lola Flores: "Ni canta ni baila, pero no dejen de verlo".
PS: Además, el Brujo canta y baila... ¡A su manera...!
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