Allí se muestra claramente que son muchos, demasiados los elementos que conforman ese ambiente mágico, ideal, y uno de ellos -la infancia- lo hemos perdido para siempre.
Pero en estas Navidades quiero desearos que, aún cuando os falten casi todos los elementos, la capacidad de imaginar y sentir la magia de la Navidad y si es posible, extender ese sentimiento a todo lo que resta de año, no os falte.
Un recuerdo especial para aquellos que estén solos, enfermos o padeciendo los mil males escapados de la Caja de Pandora: Zeus -de quien Cristo copia los signos de su nacimiento- castigo a los Hombres con una mujer que poseía TODOS LOS DONES, curiosidad incluída.
Y rapidez para cerrar la Caja antes de que escapara la ESPERANZA. Más que nada, eso es lo que nunca os debe faltar.
Una abrazo a todos.
Adjunto estas bellas imágenes de altares romanos honrando a Saturno, Rey de la Edad de Oro, pues son sus celebraciones, las Saturnalias, las que están a la base de nuestras navidades.
Para que aprendamos que, debajo de algo, suele haber otra cosa en la que se basa, y esa en otra y en otra...
¡No juzguéis un libro por su portada, ni por las reseñas de Amazon!
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