Le hice saber que el artículo era tan sencillo y sincero como podría haberlo escrito pero que no obstante, humilde que se ha vuelto uno y buscando evitar cualquier polémica, lo reescribiría encantado.
"Esa es mi experiencia, y no ha lugar a discutir como he experimentado yo las cosas". "Sabía que algo había pasado, pero no sabía que había sido así", dijo. Y con esa frase entendí yo que, escuchadas mis razones, quedaba el asunto zanjado.
Sorprendentemente, en el siguiente número me encontré con que el artículo habría creado una "gran polémica" y que Vicente había consultado con Jaume si publicarlo o no, como confesaba en la Editorial.
Como he tenido ocasión de comentarle ya a Vicente, una vez acordado con el autor, el deber de un editor es respaldar al articulista. Y "¡Bueno, ya sabéis como es Pedro Angosto"" no me hizo sentir particularmente apoyado. Pero bueno, ya sabéis como es Vicente, je...
Harina de otro costal son las dos cartas que se publicaron en el correo y que -a pesar de que yo era consciente de mi artículo no sería del paladar de todos- llegaban a afirmar barbaridades como que yo tenía cuentas pendientes que saldar con Carlos o que hasta que me alegraba de que se hubiese muerto.
Pues no, ni tenía cuentas pendientes -si una o dos conversaciones, allí lo afirmaba- ni me alegro de que se muera nadie, particularmente si los aprecio y admiro.
Al menos otro artículo en el especial dejaba claro que Carlos no solo conmigo tuvo desencuentros, pero ese a nadie llamó la atención.
Afortunadamente no le di mayor importancia al asunto, que seguro que era tan bienintencionado como yo.
"Ya sabéis como es Pedro Angosto..." Pues si, ese es el problema: Que todo el mundo sabe como es Pedro Angosto -o cree saberlo-, y el que mejor lo sabía era Carlos Pacheco... pero nunca se tomó la molestia de decírmelo. O mejor dicho, me lo dijo de maneras que solo ahora -desde el Mayo pasado- he sido capaz de descifrar.
Este ha sido un año de auto-descubrimiento y crecimiento personal, caminando por un infierno que al final -y al principio también- he descubierto empedrado de las mejores intenciones de mis mejores amigos. Que también creían saber como era Pedro Angosto, y hasta tenían información privilegiada. Pero no toda...
Ni siquiera yo la tengo a estas alturas, y como ha ocurrido durante toda mi vida, la imagen del mundo en el que vivo cambia y evoluciona día a día, y con ella, ahora, la de mi mismo.
Lo que si sabemos -aunque pendiente del diagnóstico final, tómese todo con pinzas- es que -quizás debido a nacer dos semanas prematuro o por cuestiones genéticas- Pedro Angosto nació con una enfermedad que ahora se conoce como THDA -Trastorno de Hiperactividad y Déficit de Atención. ¡Si, la misma que tiene Impulse!
Si leéis sobre ella, veréis que de por si conlleva una larga serie de síntomas y co-morbosidades -enfermedades que surgen a partir de la original-, entre ellos irritabilidad, falta de control de las emociones, hablar demasiado, interrumpir conversaciones, etc, etc, etc... Afortunadamente cada caso es único y yo no tengo todas o no en igual grado.
Bueno, pues algo que ni siquiera yo recuerdo debió pasar en los primeros años de Pedro Angosto -probablemente un déficit emocional, falta de cariño- que generó un trauma, produciendo un Trastorno de Personalidad.
En esencia, el niño no se siente escuchado, el mundo lo hiere, por lo que se vuelca para el interior, desarrollando allí un rico mundo emocional. Rick Jones se queda en la zanja, a salvo, y vosotros tenéis que lidiar con Hulk.
Unas veces con el verde, otras con Mr. Fixit, el malote de las Vegas, otras con el intelectual Profesor. El alter ego de Rick Jones, en realidad, es Hulk. ¡Pero también, y esto no conviene olvidarlo, el Capitán Marvel! Y su mujer es ex-actriz porno, je.
Así que toda mi familia somos de carácter fuerte -"Salió un hombre vendiendo genios y no vendió ninguno, por que cada uno ya tenía el suyo", recuerda mi madre-y no tengáis la más mínima duda de que yo me convierto en Hulk...cuando mi padre se convierte en Thunderbolt Ross -Red Hulk-, grande, rojo e irradiante.
Con los demás, si me provocan, pues igual me he puesto las lentillas de Bill Bixby y le recuerdo que "no le gustaría verme enfadado". Pero de ahí, hace muchos, muchos, muchos años, no pasa la cosa.
Los "niños olvidados" -unos que Pacheco intentó rescatar en su etapa de Fantastic Four, liderados por el indudablemente autista Franklin Richards- tratarán como adultos de atraer la atención de la que carecieron, con una personalidad extrovertida pero que en realidad solo oculta una radical soledad interior.
Otra característica es que, sí, se convierte en Hulk, pero la misma potencia emocional exhiben en su interior: Somos émpatas. Esto quiere decir, exacerbadamente sensibles al sufrimiento ajeno y con una capacidad de resonancia emocional que hace que lo que a otra persona no le afecta a nosotros nos destruya o resuene cual Bomba-G en nuestro interior por décadas sin fin.
Puedo recordar perfectamente el momento en que, yendo por Granada en su coche, Carlos me adelantó el plot de la historia de complemento de Fantastic Four que luego reescribiese malamente DeFalco. En ella unos universitarios Reed Richards y Victor Von Doom debatían sobre mundos alternativos, viajes en el tiempo y sus posibilidades.
En medio de la discusión, Reed Richards perdía los estribos y se atiraba a golpear a Doom, solo detenido por un Ben Grimm que le espetaba: "¡Para, Reed, no te conviertas en un BRUTO!".
Y ese era el magistral twist de la historia: No se trataba de los personajes 616, sino de sus variantes de la Contra-Tierra, donde Reed es una especia de Hulk violeta, pura violencia y poder desatado.
Todo esto viene al caso para, revisando por retro-continuidad mis interacciones con Carlos, online y en vivo, pudiera ser que algunas de ellas fueran -como he podido comprobar ahora- una especie de prueba que te realizan consistente en llevarte sistemáticamente la contraria para así comprobar si pierdes los nervios y te sacan de quicio...si no tienes el suficiente control sobre tus emociones. Como el Reed Richards de la Contra-Tierra.
A todo el mundo le pasa alguna vez eso, claro. A algunos, con mayor frecuencia, intensidad o diferentes circunstancias.
Así que tenía razón Vicente: Aunque no había había manera humana de poder saberlo -cuando lo sabes, creedme, ya no funciona- la falta de interés por mi persona y mis trabajos así como los continuos choques online y demás desplantes pudieran ser solo una pose, unas pruebas que parece ser que no pasé, un ejercicio para fortalecer mi carácter.
Siento ahora que Carlos quedó defraudado precisamente por tener demasiado interés y esperanza en mi persona, por esperar más y mejor de mi. Bueno, eso claro, fue mutuo. Y no es personal, un niño interior abandonado siempre va a esperar más de lo que nadie pueda dar.
Sobre todo si, trauma sobre trauma, uno además tiene algún que otro don y incontables bendiciones celestiales, y tiene capacidad para devolver eso centuplicado. No somos tan solo un cúmulo de desgraciadas herencias genéticas o de familias tóxicas.
Ahora bien, de la misma manera en la que a un enfermo que le realizan constantemente radiografías puede desarrollar un cáncer, el efecto acumulado de tanta prueba, a las que me temo se han sumado otros personajes del mundillo del cómic con menos conocimiento que Carlos sobre mi persona y menos maestría sobre la técnica, acabo generando en mi el que yo percibiese -y no me equivocaba- una especie de "techo de cristal" que se me oponía sin permitir el paso, y sin que -en mi conciencia- hubiese hecho nada particularmente malo, que ríete tu del de el Palacio del Retiro.
Esto por si solo no es que se algo malo: a la vista está que -tras un nuevo distanciamiento, mientras asimilaba estos nuevos descubrimientos- espero volver a realizar cómics, y aún más importante: me condujo a mis recientes trabajos en el área de la Mitología, la Literatura y el Simbolismo Hermético que personalmente valoro infinitamente más y que podéis leer en el reciente ensayo sobre Sandman como introducción.
Pero claro, cuando una antipática oposición se combina con el THDA y el TPL, cuando no has recibido cariño de pequeño y no eres consciente de que algunos aspectos de tu personalidad -el humor como salida al Bullying en el colegio e instituto, como bien explicó Robin Williams- resultan menos simpáticos de lo que tu te creías para algunas personas, cuando te has sentido solo y único toda tu vida y no has llegado a madurar -aún entonces- en un adulto sano, cuando las fuerzas de la libido despiertan y te invitan a vivir, pero no estás apoyado por detrás ni reconocido por delante...
Cuando tienes capacidades de las que ni siquiera eres totalmente consciente, cuando has sido bendecido con dones espirituales y una capacidad de análisis portentosa -encontrando, por ejemplo en fallos argumentales en películas que los demás ni ven ni pueden concebir siquiera-... ¡La mezcla de todo eso puede ser fatal!
Cuando uno, por su educación, intereses y vocación cree -como todo el mundo- que está del lado de los buenos, pero no hay buenos a los que unirse -por que ellos son buenos, pero tu lo eres aún más- y el mundo se le representa como oposición amenazante...la vida debe tomar otro camino. Y si no es el del Héroe...
Afortunadamente estoy ya hablando de procesos inconscientes-virtuales, pues bienvenido o no, acompañado o no, querido o no, encontrando a donde pertenecer o no, Pedro Angosto, educado con Cristianismo, Superhéroes, Literatura y Hermetismo se ha mantenido en el lado de los buenos, de los buenos que lo son más que los que se creen buenos, esperando impaciente a que los demás se decidan a acompañarlo.
Sublimando como buenamente ha podido el lógico impulso de soltar a ONSLAUGHT (para que veáis que la escena del X-Men -1 tiene aplicabilidad, resulta que Xavier y Magneto, ambos nos representan, ¡y un Magneto con la polaridad invertida!) y mandar al resto de los héroes a que...los dibuje Rob Liefeld.
Y si no, siguiendo solitariamente un camino que sabe que es el suyo, por más polvoriento que sea y más cicatrices que le deje la abrupta trayectoria.
Con Pedro Angosto la vida ha cometido muchas injusticias, pero está justo donde tiene que estar, y más allá de la amistad de un par de docenas de excelentes personas, poco más a podido retener entre sus manos.
Pero está, ha estado y estará siempre "del lado de los Ángeles", allí lo colocó el propio Carlos Pacheco, a la derecha de Noah Baxter, el arquitecto del Baxter Building -y miembro del Enclave/Beehive (escindido sin embargo del grupo original y sus tramas).
Y bajo el nombre de Jedediah, osea, SALOMÓN, el Rey Bíblico constructor del Templo, dominador de Djinns -genios, los benéficos y los maléficos- y legendario por su SABIDURÍA, única cosa que le pidió a Dios y este se la concedió.
Agradecer así a Carlos y con el a cuantos amigos me han ayudado en este viaje de auto-descubrimiento que meramemente está comenzando e invitarlos a conocer -y acompañar- al "nuevo" Pedro Angosto -que seguro mantiene muchos de los defectos del anterior...para que vosotros ejerzáis las virtudes del perdón y la paciencia.
Concluye el viaje por la infernal Zona Negativa, abandonamos al Reed emocional de la Contratierra, y revisamos nuestra historia para comprenderla mejor, quizás mejor que cualquiera de los que contribuyeron trazarla.
¡Oh, y ahí queda este singular misterio de cómo es posible que una y otra vez mis propios procesos psicológicos puedan ser ilustrados solo con las obras de Carlos! Supongo que, como la vida está regida por platónicos arquetipos, todo tiene una aplicabilidad.
No tiene importancia. Como todo fan, yo siempre he creído que Carlos Pacheco lo dibujaba todo para mi.
4 comentarios:
Los reinicios en una epoca de reboots, siempre nos generan dudas, pero si a Busiek y Perez a los Avengers, es que el editor ha dado en el clavo. Seguro que esta vez hemos contratado un buen editor. Un abrazo Pedro.;)
Oh, mucho mejor que JAMES WARREN y el sello con que taponó las páginas de Bernie Wrightson como "MIERDA" repetidas veces.
Muchas gracias.
Un fuerte Abrazo Amigo cuenta siempre contigo I LOVE YOU
En efecto. Yo me defraudo de vez en cuando, pero con todo, SOY EL QUE MENOS. ;-p
I LOVE YOU TOO!
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