Desde hace diez días, percibo el mundo tanto al derecho como al revés -colgado bocaabajo, cual Luke en Dagobah, o el Arcano 12-, pero sin embargo, palindrómicamente, lo contemplo de modo diferente, pero esencialmente IGUAL.
Tal es el don de los "Peter", y de los Miles, a los que el Sentido Arácnido que emana de nuestros Principios nos sigue alertando de que ALGO NO ENCAJA y el PELIGRO ES INMINENTE.
También "oigo voces", desde mi alocado ordenador, que si no baila, me quiere marcar un cierto compás.
El caso es que la película deja diametralmente claro que el conflicto entre la Gwen Stacy alternativa y su padre, el alternativo Captain Stacy, tiene su origen en la cerrazón de este por cumplir la Ley, como Javert.
Ante la vieja, errónea y descorazonada exigencia del sacrificio de los padres de los Héroes, Miles Morales SE NIEGA EN ROTUNDO, y acepta las consecuencias que lo enfrentan a Todo el Multiverso.
Y Gwen, transformada por la decisión de su amado, regresa a su universo para comprobar que su padre -Un Charlton Heston que aquí no es Moisés, si no Ramses-, ante la pérdida de su primogénit@- es el punto de apoyo sobre el que "Arquímedes" moverá TODO ESE MULTIVERSO.
Esa es nuestra medida.
De todas las cosas, que repetía uno de mis profesores en la Universidad.
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