martes, 18 de julio de 2023

ARROWSMITH, TRAS LAS LÍNEAS ENEMIGAS: CUANDO EL DISCÍPULO ESTÁ PREPARADO...

A pesar de que casi asistí en "directo" al nacimiento de Fletcher Arrowsmith -avisado por Carlos, pillé a Kurt Busiek documentándose en el Expocómic al que asistió documentándose sobre la Primera Guerra Mundial- el personaje nunca me ha llamado especialmente la atención, ni tampoco sus aventuras me han cautivado. 

 El trabajo de Carlos en la seri si,  por supuesto, entonces y ahora, acompañado de Fontériz y Villarrubia. 

Y al releerlo en la magnífica edición de Dolmen -que incluye una entrevista con Busiek a cargo del ubicuo Enrique Machuca, además de los siempre impresionantes lápices de Carlos- he de reconocer que se me ha escapado más de una lagrimita pensando que no voy a leer más cómics de mi querido amigo.


Me vino a mi ahora alocada cabeza el pasado domingo la broma que gastó Carlos cuando, en su piso de San Roque, puso en el timbre el nombre de Barry Windsor-Smith...¡y recibió una carta de un sorprendido fan del autor de Rune y Conan, alucinado con que el inglés residiese en el Campo de Gibraltar! 


 Aquí es otro Windsor, un bastardo nacido en Bombay, quien ayuda a Fletcher a salir de la Prisión en la que ha caído y, junto a el, instruyéndolo en la magia y los misterios de las dinastías de Reyes, alcanza finalmente las montañas, coronádas de Edelweiss, la flor alpina que representa los sueños, el coraje, y el amor eterno.


Como todas las historias que comienzan con Caídas, Cárceles y terminan en culminar Cimas, hay un profundo simbolismo espiritual. 

 Una solemnidad que Carlos representa con esa habilidad para el cómic histórico, la ambientación, las referencias y, como el gustaba apuntar para los que... "ya sabéis como somos", los Secretos Masónicos.


Junto a la instrucción del ahora Iniciado, me fascinaron las escenas del primer número en Londres, por la verosimilitud alternativa con la que Pacheco dotó siempre a los escenarios -aún, post-morten, los de Chirigotas-, algo imprescindible para creernos que un troll se puede tomar un café con un compañero.

La historia de Busiek, que en esta segunda entrega agranda y revoluciona el Worldbuilding de esta realidad, retrotrayendo sus divergencias hasta Atlantis -la de Arion no, la otra- acaba apuntando un enfrentamiento con las fuerzas oscuras que ansiamos ver, ya en los lápices de Jesús Merino, en quien sin duda vive, entre otros, el legado artístico de Carlos.



"Decíamos ayer..." lo importante que es que, cuando alguien defiende los Ideales de la Libertad, haya aliados que se le unan en su canto. De siempre me ha seducido, y ahora, cada vez más The Sound of Music. 

El Capitán Von Trapp y su familia concluyen tras la escena del concurso coral encerrados entre rejas -ya lo estaban, repasen la escena en que una animada novicia llega a su Mansión-, viviendo una muerte iniciática tras las tumbas del convento, y encontrando sus sueños en las cumbres austriacas. ¡Hermetismo, puro y duro! 

 Si en la primera ocasión en que el papá de los Hijos de su Viuda canta la canción, la malvada Elsa se percata de que está enamorado de María, en esta la esposa acude al rescate de su amado cuando, embargado por la emoción, pierde la voz.

   


 Lo que no sabéis es que, haciéndome el listillo, sabiendo de su amor por las referencias, tras mi primera visita a San Roque, yo mismo me despedí de Carlos citando el final de esa película: 

Espero que este sea el comienzo de una gran amistad...

    

Y el policía y el tipo con sombrero y gabardina, se perdieron en la niebla...

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