jueves, 4 de mayo de 2023

GUARDIANES DE LA GALAXIA VOL. 3: EL LARGO ADIÓS

Pensábamos comenzar evocando la genialidad de Jack Kirby cuando, basándose en el Doctor Moreau de Wells, los valores de la Tabla Redonda, los films de la Hammer y el ubicuo Mito de la Caída crease en las páginas de Thor al High Evolutionary y sus New Men, que acabarían, gracias a su peculiar Lucifer, Man-Beast, siendo demasiado parecidos a los "Old Men", nosotros mismos. 

O recordando como Gil Kane y Roy Thomas recuperarían el concepto dentro de la serie de Warlock, convirtiendo a este en el nuevo Mesías de la edénica Contra-Tierra, pasado por el entonces -los setenta- popular Jesucristo Superstar.
Pero conviene dejar la erudición comiquera para los You Tubers, por que lo cierto es que la película de James Gunn versiona muy a la ligera dichas historias y escenarios, no más que un lejano decorado para lo que el quiere contar. 

 En este caso, lo que quiere contar es el origen de Rocket Racoon, certeramente reconvertido en una de las criaturas a las que el Evolucionario dotó de inteligencia. 

Una película -la de Rocket- contada a base de flashback dentro de otra película -la de los Guardianes investigando dichos orígenes- lo cual explica EN PARTE la duración de dos horas y media que a muchos -perdón, a pocos, la sala estaba vacía- se nos ha hecho interminable.
Gunn es un magnífico escritor de personajes, aunque, con la salvedad de Rocket, poco o nada añade a la ya definidísima personalidad de los miembros del grupo. 

Más de lo mismo, la película será disfrutada por los fans de las anteriores y denostada por quienes no le acaben de encontrar la gracia, más allá de las piruetas en los diálogos de sus muy disfuncionales protagonistas. 

En Gunn el TEMA es lo fundamental, y argumento, escenario, personajes y hasta el goffer están al servicio del mismo. 

De la misma manera que uno puede desear leer aventuras de Green Lantern sin los temas sociales de O'Neil, ya se ha demostrado en suficientes cintas que hay otras maneras más equilibradas de tratar el lado cósmico del Universo Marvel sin tanto sermoncete y un poco más de épica.
No es que los temas no sean sinceros, emotivos, relevantes o profundos: la experimentación animal, los horrores de una Ciencia sin Ética, la importancia de la Amistad, aprender a respetar la Personalidad ajena y sus evoluciones, los conflictos Paterno-filiales o hasta el misterio de si una Criatura puede ser más perfecta que su Creador (en tanto imaginamos un mundo más justo que en el que vivimos, pareciera que si).
   
Pero todo ello acaba siendo demasiada medicina con las gotas justas de azúcar -que cantaba Mary Poppins-. 

Muy poco de Marvel, menos de sus tebeos, la mejor manera de ejemplificarlo quizás sea ese Warlock que tan bien interpreta Will Poulter acorde a los designios del director, pero que solo el color dorado tiene en común con nuestro añorado Adam.
Gunn concluye las historias de sus protagonistas, pero de manera totalmente independiente, y aunque deja la puerta abierta a un nuevo ciclo de historias, nos tenemos que de producirse poco van a continuar su visión. 

 Con dos horas y media, la película hubiese merecido más la pena introduciendo, que se yo, a los Eternos, a Thor o cualquier otro desarrollo. 

Incluso en las escenas post-créditos, algunas de las más olvidables de la productora.
   
Igualmente, el Evolucionario es perfecto como némesis de Rocket, pero extremadamente desfigurado -en más de un sentido- con respecto al de los tebeos. 

Gunn parece usar la técnica de "Tierra Quemada" -en más de un sentido- y poco o nada de lo que el ha tocado se va a poder reutilizar. 

 Aunque en el mundo cíclico de los superhéroes todo y todos retornan.
   
La cinta nos deja pues aún mayores dudas sobre hasta que punto su enfoque podrá aplicarse a personajes DC, mucho más icónicos y épicos que estos recientes y secundarios de Marvel, y más allá diversificarse en las diferentes tonalidades que requiere el amplio universo de la competencia. 

O dicho de otra manera, para que nos entiendan: No nos gustaría nada llegar al mundo alternativo del Multiverso DC de Tierra-2 y encontrarnos una Justice Society formada por cabras y cerdos humanoides.
    
Pudiera ser que se nos atragante tanto BWA-HA-HA-HA-HA... 

 Pero esa, como la del futuro de esta franquicia en Marvel más allá de Gunn, es una historia para otro momento que ya contaremos en otra ocasión.
PS: Para nosotros, el mayor hallazgo de la cinta, es el acento de rusa de la perra Cosmo.
       

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