Mi respuesta inmediata -aparte de lo vaguetes que andan los dibujantes hoy en día, probablemente con razón- es que escribir historias CORTAS mínimamente significativas estoy seguro que no es lo mío.
¡Pero algo intentaremos hacer, con la bendición del señor Mota, sin necesidad de ocuparle uno o dos monográficos! ;-P
Por esa misma falta de habilidad me MARAVILLAN los autores que tienen la contención y el talento de concluir lo que comienzan a las pocas páginas.
César Herce, por ejemplo, en 10 páginas de su CONJURADOR DE TORMENTAS realiza una hábil traslación de la CALIOPE de Sandman (aunque seguro que no es esa su principal influencia, pues es un mito universal).
Pallarés, colaborador de Diábolo y escritor de género consagrado, nos lleva esta vez a tiempos de Fantasía Heróica, aunque se nota que ha metido viñetas por página como si se tratase de las de un álbum franco-belga.
Bondi y Astarita escriben una de Indios, Vaqueros y Hombres Elefantes, con grandes dibujos de Ceglia.
Alfonso Bueno es otro de los regulares que tira por el Gospel en esta ocasión.
Solo Cthulhu permanece, los demás estamos de paso.
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