Este cómic juega con esa premisa: ¡Cuidado con alterar el pasado, por que luego igual no nos gusta tanto el presente al que volvamos! Uno va y mata a Hitler en la cuna, e igual se encuentra con un nuevo líder nazi que no se dejó engañar y acechó el Desembarco en Normandía.
Hitler no sale, pero si lo hace Abraham Lincoln, cuyo asesinato ha sido intentado evitar por muchos personajes, empezado por el mismísimo Superboy.
Yoes futuros que no dan muy buenos consejos, policías temporales, dinosaurios por las calles y todo tipo de locuras y persecuciones adelante y atrás en el tiempo hacen de esta lectura una divertida experiencia para que nos consolemos con no poder ir y cambiar todo lo que hicimos mal.
Un humilde asistente de laboratorio en donde experimentan con viajes temporales va a desear haber echado el curriculum en otro lugar.
Y es que, hasta que no acabe la historia, no podemos saber si lo que hicimos fue bueno o malo, o como nuestros actos, por erróneos que nos pareciesen, contribuyeron a un mayor bien posterior.
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