De los textos de las pirámides y los sarcófagos a estelas de los templos, papiros, la procedencia no puede ser más variada, así como la temática.
Aunque en ocasiones truncados por haberse perdido, básicamente breves o resumidos, pero un simple párrafo nos admira por su sabiduría, su ritmo, su modernidad, el fiel reflejo de una naturaleza humana que no ha cambiado en cinco mil años de historia.
Mitología, cuentos, biografías, crónicas de guerra, todas ellas BELLAMENTE ILUSTRADAS, con esa estética de las ilustraciones decimonónicas sobre el país de los Faraones, o escogidos ejemplos de arte egipcio.
La parte que nos ha fascinado en la lectura, y que para nosotros define el mismo sentido de la Literatura, es encontrar ya en estos relatos los modelos simbólicos y narrativos que inspirarán luego otros muchos mitos: el punto en el que los dioses " se disfrazan" y se sigue contando los mismo relatos pero ya con protagonistas "humanos".
Así, el exiliado Sinué bien puede entenderse como la primera versión del Hijo Pródigo, o el posterior Himno de la Perla.
El viaje a Biblos en busca de madera tendrá ecos en los cedros del Líbano que busque Salomón para su templo, y por su puesto el mito de Caída y Redención ya está aquí, como lo está la malvada mujer que exige el sacrificio del héroe, luego encarnada en Salomé.
Incluso, con la abstracción más allá de los Dioses de los relatos encarnando simples conceptos -Verdad y Mentira- se preludia en muchos siglos el nacimiento del Platonismo, que no es más que un intento de "desnudar" a los Dioses de su humanidad y adorar tan solo el concepto que se percibe detrás.
BELLO. ILUMINADOR. CONSIGANLO.
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