Por muchas versiones que hayamos visto de este libro, nada como leer el original.
La manera casi periodística en que Wells narra el aterrizaje de las naves marcianas tiene una viveza y realismo que, leyéndolo, casi nos parece una crónica de una guerra real, de esas que por desgracia siguen ocurriendo hoy en día.
No nos extraña que Orson Welles aterrorizase a media América con su versión radiada, tan plausible resultan esos curiosos que se reunen en torno al cráter del impacto y que luego acaban siendo las primeras víctimas.
Wells mantiene al narrador anónimo para resaltar aún más la crónica y las sensaciones, que pronto se vuelven siniestras, ante una amenaza desconocida que causa muerte y terror por donde pasa.
La narración introduce cuidadosamente el conocido talón de Aquiles de los invasores que acabará siendo su perdición: tan avanzados son en su sociedad que han erradicado hasta los virus.
Lo inhumano no está en la morfología marciana, sino en que no se comunican con los humanos, interesados solo en exterminarlos para poder explotar las riquezas del planeta.
Buenísima la escena que reune al protagonista con un sacerdote al que su débil fe no ayuda en estas circunstancias, y que pronto cae en la desesperación.
Una sutil crítica de Wells a la fe vacía que no hace en realidad mejores personas, ni protege cuando la muerte y el terror acechan, si el que la ejerce no tiene otros valores más sólidos.
Con el letal Humo Negro Wells refleja la horrible Guerra Química que pronto sembró un infierno en la Tierra durante la Primera Guerra Mundial.
Y en la escena en que el protagonista se esconde en un sótano que de repente es visitado por tentáculos de marciano hambriento tenemos el origen de muchas otras de la ficción: el momento en que -en Alien o Jurassic Park- los protagonistas se esconden en silencio ante la reptante amenaza.
Concluimos con la esperanza de pronto poder ver una adaptación histórica de la novela, más que necesaria, y que ya se ha anunciado.
¡Será doblemente impresionante ver a los Trípodes pasearse por una Londres de comienzo del siglo XX!
Y para los fans de H.G. Wells, adelantarles que MUY PRONTO van a tener una agradabilísima sorpresa del que espero pronto poder daros noticia.
¡ATENTOS AL BLOG!
PULP FACTION, los fans son de Marte, las fans son de Venus.
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