De Alejandro, y sus andanzas míticas, pronto espero poder hablar, pues han sido editadas por mi otro gran maestro, Carlos García Gual.
El joven conquistador acabo pereciendo, dicen que envenenado, dejando atrás un glorioso legado a los 33 años. Post-Mortem, claro, fue divinizado.
Solo por dejar tras él ALEJANDRÍA el legado merece la pena. Su Faro y si Biblioteca.
Ya sabéis, "la X señala el lugar..."
El Mito es el SENTIDO, y no es que tengamos que volver a el, es que no podemos abandonarlo, aunque la vida a veces nos nuble el sentido.
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