Para este ensayo, se ha documentado visitando los archivos de Milton Caniff legados a una universidad americana y que no solo incluyen los originales de las tiras sino además toda suerte de correspondencia y documentación sobre ellas.
En el libro se abarca desde los primeros trabajos de Caniff, como Dickie Dare, hasta los trabajos posteriores a la tira por parte de Caniff y los autores que la continuaron tras su marcha.
Lleno de curiosidades y documentación, podemos descubrir que el editor indicó al autor que usase Cumbres Borrascosas como modelo de las relaciones del protagonista con las féminas, creando la "tensión sexual no resuelta" necesaria para mantener la atención de los lectores.
Igualmente, se combinó por primera vez la narrativa de las tiras diarias con las dominicales sin que las segundas repitiesen las primeras y a la vez evitasen las partes más eróticas o violentas, pues el suplemento estaba obviamente dedicado al público infantil.
La crónica de la guerra Chino-Japonesa convirtió la tira en una fuente de información sobre la realidad del extremo oriente, mostrando que no todos los habitantes de esos países son malvados.
Las féminas de las aventuras, tan impresionantes como Dragon Lady -luego reconvertida de Reina de los Piratas en luchadora por la independencia de China -una de las primeras evoluciones de un personaje de villana a anti-heroína- o la muerte Raven Sherman -décadas antes de la de Gwen Stacy- cimentaron la tira.
Eso llevo a la aparición de seriales, tanto radiofónicos como cinematográficos, y el correspondiente merchandising.
En definitiva, una ocasión para descubrir que lo que ahora disfrutamos en las películas de superhéroes o demás franquicias de aventura, tiene referentes muy anteriores.
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