Unas de las cada vez más incontables cosas que tengo que agradecer a Carlos Pacheco es que me hiciese leer la entrevista de Truffaut a Hitchcock, de la que aprendí que, si haces historias en Suiza, han de salir el queso y los relojes de cuco.
Como saben sus seguidores, Hitchcock se inició en el cine mudo británico a mitad de la década de los veinte, y sin embargo en aquellas olvidadas películas había ya genialidades que ahora se han recuperado.
No faltan, por supuesto, escenas de sus más modernas películas a technicolor, las de Cary Grant, Grace Kelly, Tippy Hedren, etc...
Escenas, enfoques, decorados, todos agrupados por su manejo del tiempo, del espacio, de la cámara.
La mirada omniscente de un Dios que supo crear mundos de diversión -y algún sustillo- para millones de espectadores.
¡No dejen que se les escape el "McGuffin"!
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