Si disfrutar de uno de estos flamantes ARCHIVOS VOLA ya es un placer por si mismo, por su lectura amena y sus originales enfoques, leer varios, tan diferentes entre si, supone todo un periplo a través del tiempo y la historia que ayuda a comprender mucho mejor estos, más allá de la particular figura del artista en cuestión.
En este caso viajamos al Japón del periodo Edo (siglo XIX) para descubrir a uno de los más notables artistas de las pequeñas postales e imágenes populares del llamado Mundo Flotante, Kuniyoshi.
Pintor de Samurais, actores, escenas sexuales, gatos y fantasmas del folklore japonés, un hombre que disfrutó tanto del éxito como de los reveses de fortuna, que disfrutó los placeres de la carne en el barrio dedicado a esos menesteres y compartió con otros artistas y compañeros el legado de su maestro, convirtiéndose en el más singular de esta serie de dibujantes.
José Pazó hace una deliciosa recreación literaria de la vida del artista, desde su niñez a su muerte, testigo de todo el mundo que le rodea, un mundo que reflejó en sus dibujos y que enriqueció con leyendas y mitos.
Leyendo estas líneas uno casi puede sentirse uno de los gatos de Kinuyoshi paseando silencioso por su tatami y mirándolo dibujar.
David Almazán complementa el volumen con un ensayo más académico sobre el artista y su trabajo dentro del contexto artístico japonés.
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