martes, 13 de noviembre de 2018

STAN LEE: DESCANSE EL HOMBRE

Con ocasión de su visita al Salón del Cómic de Barcelona en 1998 tuve el privilegio de hacer una pregunta a Stan Lee junto al resto de compañeros de prensa y fanzines en una pequeña entrevista grupal.

Stan Lee con Roy Thomas, foto tomada el pasado sábado.

Ingenuo de mi, quise que evaluase la actualidad marveliana preguntándole cual era el último cómic de la editorial que había leído y que, a su juicio, mantenía el espíritu de la misma. Ni corto ni perezoso me respondió que a buen seguro podía recomendarme... ¡el último que el mismo había realizado unos meses antes, ilustrado por John Romita! (Spider-Man: Kingpin to the Death).


En esa capotazo auto-publicitario a mis intenciones se resume bastante bien la figura de Stan Lee, convertido en esos años en Relaciones Públicas de la editorial.

Tuve también el honor de remitir una pregunta a su legendaria Stan's Soapbox cuando volvió a finales del siglo pasado a figurar en los cómics Marvel. Curiosamente, le preguntara que imaginase como hubiesen sido los cómics DC si los hubiese editado el durante los años sesenta.


¡Poco imaginaba que inmediatamente después se publicaría Just Imagine Stan Lee, el proyecto en el que el co-creador del Universo Marvel reimaginaba a los personajes de la Distinguida Competencia -con una notable ayuda de los artistas con los que colaboró, que llevaron el peso del proyecto-!

Como "premio" a la pregunta recibí un legendario No-Prize, un sobre vacío y estampado de Marvel como los que se otorgaba en su día a aquellos fans que resolvían los primeros problemas de Continuidad en los cómics de la Compañía.


Lo habré comentado más de una vez: Cada vez que se nombra a Stan Lee recuerdo la frase promocional de los primeros números de Cómics Forum que lo consagraba como EL HOMERO DEL SIGLO XX.

 Una altisonante sentencia que con los años se ha convertido en verdad absoluta: El Universo Marvel es hoy en día, gracias al cine, una Mitología Mundial que une en un mismo sentimiento y entusiasmo a millones de espectadores a lo largo de todo el planeta.


Y lo hace reproduciendo las claves del éxito de los cómics Marvel y su revolución de los superhéroes en los años sesenta: Mezclar la épica con el realismo, dar a las grandes tragedias y sagas un nuevo vestido actual con personajes que no atraen por sus superpoderes, sino por su humanidad.



Una y otra vez la co-autoría del Universo Marvel junto a los dibujantes (y guionistas) con los que colaboró ha sido disputada en unos u otros aspectos. El que Stan Lee no proporcionase un guión completamente cerrado y salido únicamente de su cabeza cual Atenea de la de Zeus no disminuye en un ápice la importancia de su contribución a los cómics.


Su modo de dialogar fue realmente revolucionario, dotando a cada personaje de su característico modo de hablar, de tal manera que uno podría saber qué miembro de los Fantastic Four había pronunciado un determinado diálogo sin necesidad de ver los dibujos. Fundamental es también su introducción del "culebrón" en las historias de sus personajes tanto cuando andaban vestidos de superhéroes como de paisano.


En cuanto a sus habilidades editoriales, como conductor de talentos tanto de guionistas como de dibujantes, símplemente no tienen parangón. Para conocer y apreciar qué es lo que si hacía Stan Lee con el trabajo de -por ejemplo- Jack Kirby solo hay que leer los cómics de Jack Kirby que este "osó" publicar sin trabajar con el.



Comparando los Fantastic Four con los cómics de The Fourth World -en lo que un rencoroso Kirby parodió los aspectos más oscuros de la personalidad de su ex-mentor- queda diáfanamente claro que es lo que hacía cada cual en sus colaboraciones. E insisto: esa participación en un trabajo en común solo hace el talento de Lee más único e irrepetible.


Quizás fue Silver Surfer el primer personaje del que Lee reconoció que Kirby se lo había inventado solo. Paradójicamente, y redundando en mi mensaje, fue con este personaje con el que Stan Lee expresó su visión más personal y profunda.


Es en los monólogos de Norrin Radd, un ángel caído que contempla estupefacto a la autodestructiva humanidad, donde Lee expresó su propia filosofía, una de hermandad universal, de paz y progreso y colaboración que también detalló en otra parte fundamental de sus escritos: la columna Stan's Soapbox, en la que dio durante años su opinión sobre asuntos actuales y candentes en la sociedad americana, donde siempre se mostró progresista y respetuoso.


Fundamental también su contacto con los fans a través de la páginas de correo y su creación de conceptos como el Marvel Bullpen: la humanización de los creadores detrás de los cómics y su defensa de este como parte de la cultura, que lo convirtió a el y a la editorial en todo un fenómeno social en los años sesenta y setenta, dando conferencias por doquier en foros y universidades.


Por respeto a los dibujantes y creadores con los que colaboró, tenemos que volver a poner entre paréntesis su contribución al ORIGEN de todos esos personajes. pero al mismo tiempo deberemos defender a capa y espada que Stan Lee -eternamente frustrado por no haber escrito su gran novela americana- realizó tareas que quizás no puedan quedar registradas en los títulos de crédito de un tebeo, pero no por ser más sutiles e inmateriales son menos importantes, al contrario.




Lo vamos a echar mucho de menos, no solo en sus puntuales cameos, pues en los últimos años descubrimos que su facilidad para el diálogo se extendía más allá, hasta convertirle en todo un showman capaz de arrebatar el control de cualquier programa de televisión que se arriesgase a invitarlo. Ha entretenido, emocionado, hecho reír y llorar a millones de personas.


Ha formado la moral básica de toda una generación de lectores, que saben que si se les cruza un ladrón por delante, más les vale echarle la zancadilla a tiempo, por lo que pueda suceder después.

Nos ha endulzado la adolescencia a muchos "Peter Parker" que nos escondíamos de los Flash Thompson de nuestros Institutos sabiendo que nosotros, por aburridos que pudiésemos parecer por fuera, también escondíamos dentro un gran secreto: LEÍAMOS CÓMICS.



¡Y solo Odín puede calcular que efecto han tenido treinta años de esas lecturas en nuestras cabezas...!

Hoy, el gran Galactus abre al fin la barrera espacial con la que condenó a vivir en este nuestro alocado planeta a Stanley Martin Lieber.

DESCANSE EL HOMBRE,  regrese a los espacios infinitos el Centinela de las Rutas Estelares.

4 comentarios:

Nikolas Aguirre. dijo...

Todo muy conmovedor Don Pedro, mis respetos y sentido pésame de un fan de los cómics novato como soy yo a uno veterano que cada día enseña algo nuevo como lo es usted, gracias y que en paz descanse Stan Lee.
¡Excelsior!

Alonso Rafael Lizaraz Sánchez dijo...

Hermoso tu homenaje Pedro!! No esperaba menos.

Cuando lo veamos en su famoso cameo en la Avengers 4 seguro saldremos llorando.

Gracias Stan Lee por tanto!! Hiciste de este mundo un mejor lugar para vivir.

Descanse en Paz Generalissimo!!

Juan Constantin dijo...

Saludos:

Triste día aunque supiéramos que, más pronto o más tarde, llegaría al fin...
Lástima que Thanos no pueda chasquear sus dedos para devolverlo al mundo material.

Nuff said

Juan Constantin

RB dijo...

Un gran legado que en pas descanse.