Michelle Monaghan interpreta a una agente de Asuntos Internos que investiga la corrupción en el departamento de policía de Las Vegas, un sitio donde no hay que buscar mucho.
Jamie Foxx -intentando recomponer su carrera tras ser "electrocutado" en Spider-Man- es otro policía que roba un alijo de cocaína junto a un compañero.
Los mafiosos se toman a mal el ataque y raptan al hijo adolescente del poli, por lo que este tiene las horas contadas para devolverles la droga.
La mala suerte quiere que la agente de asuntos internos se cruce en el camino del poli de vida tortuosa, y la cosa se complica infinitamente más cuando se añaden nuevos mafiosos tras el ya desaparecido alijo.
Lo que sigue es una DESMADRADA película de acción policial con buenos, malos, regulares, sospechosos y corruptos persiguiéndose a ritmo frenético por un Casino de Las Vegas a tope de público.
La seguridad no debe funcionar muy bien, por que era para que hubiesen acudido antes con la que arman: peleas, tiros, torturas, persecuciones en coche, no falta de nada.
Toda una noche SIN PEGAR OJO, que es el título original...
Cuando crees que la peli va a terminar de una determinada manera, algo pasa que la complica más y más y más, haciéndola realmente divertida y disfrutable, dentro del dramazo que viven los personajes, buenos y malos, que a la vez se persiguen y se ocultan unos a otros.
Malos con sus tatoos, gorilas musculosos, chicas, coches... Los fans más Furiosos deben acudir Rápido a verla...
Así que apriétense el cinturón y disfruten cada momento, por que hasta el mismo final no se sabe en qué queda la cosa.
Y aún así, la peli "amenaza" con una secuela, si es que las taquillas responden.
¡Nosotros la veríamos encantados!
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