Uno no puede luchar contra el uso del lenguaje, y menos cuando este se promueve ya desde medios de comunicación y grandes cadenas comerciales dispuestas a hacer caja.
"Ser friki de..." ha derivado en nuestro idioma a significar "Me gusta mucho...", sin que ya siquiera tenga que restringirse a series de televisión, cómics o películas de temática más o menos fantástica.
No obstante, es una pésima traducción del Geek Pride original, puesto que el término "geek" junto a los "nerds", esos empollones retraídos a lo Sheldon que compensan sus falta de habilidades sociales refugiándose en mundos imaginarios no tiene, claro, un término español al caso.
Pero es que además los FRIKIS -FREAKIES en el original- EXISTEN, como las Meigas. Y son un grado mucho más allá de los Geeks.
Ser un freaky implica algún trastorno mental -que normalmente se percibe y manifiesta ya más o menos en lo físico-, pasar del fan al fanático, y si diferenciamos a un musulmán de un terrorista islamista -diferentes maneras de usar un libro-, no se por que no habremos de distinguir a alguien que lee un cómic o libro de alguien para quien no hay nada más en la vida que esos personajes ficticios, y en lugar de usarlos para divertirse, suele usar su desaforada pasión para arremeter contra los demás.
Vivimos en un mundo INCULTO, donde las categorías y los matices de la realidad van desapareciendo, y en lugar de infinitos grises no quedan más que blancos y negros, buenos y malos, Haters y...Freakys. Con la consiguiente pérdida de conocimiento y radicalización de TODO.
La normalización del consumo de este tipo de entretenimiento ha llevado a que ya TODOS SEAMOS FREAKIES. Bueno, pues si lo somos por el hecho de ver Juego de Tronos yo reclamo que se invente un nuevo término para este tipo de individuos.
Parco favor le hacemos al tipo de cultura popular y fantástica que nos gusta si dejamos que nuestros abanderados sean los tipos gordos y sudorosos vestidos de Pokemon que la TV saca indefectiblemente cada vez que hay un Salón del Cómic. El cómic no es eso, la literatura fantástica no es eso, etc, etc, etc...
Además, desde mi experiencia, aunque compartamos muchas aficiones, cada cual lo hace por sus razones y desde sus puntos de vista. Cuanto más años cumplo más encuentro que lo que yo busco en los superhéroes NO TIENE NADA QUE VER con lo que persiguen otras personas, o no se alabarían tal y cual modo de hacerlos.
Yo lo siento mucho, pero no es igual el fan de Tolkien que ha leído -y releído- sus libros que el que ha visto las películas de Jackson. Y así, hasta el infinito... (y más allá).
No es lo mismo el que lee Superman del que acusa a Rotten Tomatoes de causar todos los males de las películas de héroes DC...
Siempre hay grados, modos, diferencias...
Promovamos sin duda pues cualquier tipo de cultura, pero CON DESODORANTE, BUENAS MANERAS Y SIN FANATISMOS.
Os dejo con este rap del amigo David Galán que aspira a convertirse en el Himno Freaky.
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