Tras el desigual resultado de Prometheus, la vuelta al protagonismo de los Xenomorphos es más que esperada por muchos en la franquicia cinematográfica Alien.
Pues bien, podéis estar tranquilos: Hay Aliens en esta película. Ahora, me temo que han quedado siendo los actores secundarios de su propia cinta.
A menos que os guste coleccionar muñequitos o apreciar variaciones de tamaño, color o textura, aquí vais a encontrar lo de siempre, lo que ya hemos visto: incautas tripulaciones siendo masacradas por esos bichos tan escurridizos que suponen siempre un combate desigual para los marines espaciales.
Poco o nada nuevo en este sentido, la gran heroína vuelve a ser una chica, quizás esas Bellas que siempre consiguen ser las que acaben con las Bestias.
Hay a la vez gran influencia de la película anterior, la polémica PROMETHEUS, a la vez que una clara intención de LIQUIDAR DE UN PLUMAZO a todos sus personajes, ideas, conceptos y desarrollos como algo fallido o que ya no se desea volver a desarrollar más, relegándolo a un lejano escenario.
Un cambio de dirección en la franquicia que convierte a esta cinta en un puente hacia algo diferente.
Liquidar a todos, decimos, menos a uno.
Y es que, mucho más que los bichejos, es Michael Fassbender y su doble papel como androide el protagonista de esta cinta.
Poco variaría el contenido si cambiásemos a los Xenomorphos por cualquier otra criatura, o por ninguna.
En su doble papel de David y Walter, el androide de la pasada película y el que acompaña a la nueva tripulación, Fassbender se hace con todo el protagonismo convirtiendo a todos sus compañeros de reparto en mera carne de cañón.
Queda claro que el interés de Scott en esta ocasión es reflexionar sobre la Inteligencia Artificial, su naturaleza y límites, su capacidad o no de crear y la transgresión que para una máquina supone pretender tener los dones de un humano.
No aclararé en cual de las dos interpretaciones, pero Fassbender acaba convertido en un personaje luciférico, transgresor, que hace del Non Serviat su lema y que tiene claros homenajes al terror más clásico, castillo de Drácula incluído.
Y por ahí, con los Aliens reducidos ya a mascotas, continuará la cosa.
Así que, para no llevarse decepciones y sorpresas, conviene que vayáis a verla sabiendo que es lo que si y lo que no vais a encontrar.
Fuera de esas reflexiones que en el fondo son, claro, sobre la naturaleza humana y su lugar en el Universo, la película no solo no aporta nada nuevo sino que, graciosamente, tiene muchos puntos argumentales en común con el resto de estrenos de Ciencia Ficción de este mismo año.
Tantos, que un servidor se adelantó bastante a la supuesta SORPRESA del final.
Entretenida, previsible, quizás pretenciosa y -vistas las anteriores de la saga- nada original.
1 comentario:
A partir de Aliens El regreso, las mejores historias de xenomorfos son las que nunca llegaron a rodarse: los comics Dark Horse protagonizados por Hicks y Newt y el guión Alien: Ingenieros que Lindelof mutiló para escribir Prometheus.
Entonces, ¿cuantos Aliens aparecen en la película? ¿Los dos del trailer y nada más?
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