Hubo un tiempo en que el cine, el buen cine, era francés.
Recuerden ustedes como nos fastidiaba que nuestros progenitores se pusiesen a ver una de esas pelis subtituladas en el canal UHF, que siempre eran en blanco y negro y siempre aburridísimas para los chavales de nuestra edad.
El director Bertrand Tavernier escribe una carta de amor al cine que creció viendo, amando y estudiando, y que lo marcaría en su carrera.
Todo un banquete para cinéfilos que podrán adentrarse con el en los momentos, películas y actores más memorables de esa época dorada del celuloide.
Conviene haber visto ya las cintas a las que se refiere para un mayor disfrute, pero el documental es suficientemente entretenido y explicativo como para ser disfrutado por neófitos.
Eso si, unos y otros, llévense merienda al cine, por que la película dura MÁS DE TRES HORAS...
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