Nuestra sociedad evoluciona constantemente y, aunque rupturas ha habido desde siempre, en realidad se sigue dando una educación NULA sobre cómo tratar con experiencias vitales como esta a la que todos nos enfrentamos.
Con una serie de ejercicios que bien pueden entenderse como pasatiempos, el libro revisa esos procesos emocionales de una manera desenfadada, quitándole hierro al asunto y destacando las cosas positivas que en esos momentos ninguno sabemos ver.
A ver, que el disgusto no te lo va a quitar nadie, pero ciertamente conocer los resortes psicológicos ayuda a pasar el trago, y sobre todo para las jovencitas de nuestra sociedad, carente de grandes referentes, el libro les puede ahorrar muchas lágrimas y traer algunas sonrisas.
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