Decíamos anteayer de qué curiosa manera surgían inesperados paralelismos entre libros en principio tan dispares como Viaje Al Centro de la Tierra y las aventuras de los personajes de Tolkien.
No queremos resultar pesados, pero en este, en donde también hay un mapa y un tesoro, nos ha vuelto a pasar.
Pero, para no aburrir a nuestros lectores, mejor hablaremos de la arrebatadora prosa de Stevenson, que no solo establece escenarios, define personajes y sus relaciones sino que nos sumerge poderosamente en la más "arquetípica" aventura que no podemos abandonar de principio a fin de la novela.
Si se escribiera hoy en día, Stevenson hubiese tenido que convertir al joven Jim Hawkins en una especie de Harry Potter que enlazase secuelas al modo que lo hace Piratas del Caribe.
Por desgracia, no conocemos la literatura de este género de piratas, bucaneros, corsarios y demás gente de mal -o buen- vivir, pero no cabe duda de que esta obra ha sido seminal y que buena parte de su sucesores es en ella en la que se sustentan.
¡Y a la vez, como de difícil tiene que ser intentar crear personajes más carismáticos que Long John Silver! Taimado, honrado, asesino, salvador, conspirador de conspiradores...
Cualquiera que crea que conoce al personaje debe sin duda leer la novela y apreciar en todos sus matices a este singular personaje, que puesto que -spoiler- sale vivo al final, mereciera también su propia serie de aventuras.
Jim Hawkins sufre quizás el más traumático y decisivo paso desde la adolescencia a la edad adulta: El darte cuenta que tu afable maestro en cuestiones marítimas está planeando tu muerte.
¡O te independizas o pereces!
No es vana esa lección de que quienes más te adulan pueden tener los intereses más aviesos.
Por cierto que hablando de referencias y lugares comunes, no cabe duda de que ese Ben Dunn, el Robinson de la Isla, tiene mucho en común con el que se acaban encontrando los habitantes de otra isla que ya comentamos, La Isla Misteriosa.
Estaremos pues en adelante encantados de leer algo más de aventuras en estas latitudes, pues ya sabéis lo que dijo Indiana Jones: "X marks the spot".
PS: N.C Wyeth. Uno de esos ARTISTAS que te hacen pensártelo dos veces antes de aplicar esa palabra a otros...
2 comentarios:
Mi libro favorito de siempre. Si a día de hoy soy lector habitual fue en gran parte porque tuve la suerte de leer La Isla del Tesoro de crío.
Una pequeña reflexión: ¿no serie más fácil inculcar la lectura en el instituto con libros como este? Creo que es mucho más probable que un niño se aficione a la lectura con La Isla del Teroso que metiéndole La Celestina que es lo que se hace a día de hoy.
Muy buena reseña de un gran libro.
Por cierto que los malvados de Stevenson son más simpaticos que sus buenos.
Sir Daniel de "la flecha negra" , el hermano malvado de "el señor de Ballantree" y Long John Silver son más agradables a primera vista que los virtuosos.
Una curiosidad es que los capitanes England, Davis y Roberts que Silver nombra cuando seduce al joven marinero Dick a unirse al motin, son piratas reales.
Y J Ont tiene razón , para aficionar a los jovenes a la lectura es un libro perfecto.
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