miércoles, 2 de febrero de 2022

BRIAN AUGUSTYN: EL EDITOR QUE RESCATÓ EL "SENSE OF WONDER" EN LOS COMICS

"ABLE TO CHANGE THE COURSE OF MIGHTY RIVERS"... 

Así anunciaban a Superman, con referencia implícita a Hércules, y esa creo que es la frase que mejor resume el CRUCIAL -pillad la referencia- trabajo de Augustyn como editor DC, fallecido este fin de semana a los 67 años debido a un repentino derrame cerebral.
Tanto aquí como en Estados Unidos se desprestigia la labor de los editores -directores de serie- de los cómics Marvel y DC. 

Pero en este caso estamos hablando de la única figura comparable, salvando las décadas, a Julius Schwartz en la editorial, y el equivalente en DC Comics de la labor de su contemporáneo Tom Brevoort en Marvel.
Recientemente he terminado un ensayito sobre HISTORIA DEL CÓMIC AMERICANO y, concluido el capítulo dedicado a la Edad Oscura que supuso -hace ayer precisamente 30 años- la irrupción de los cómics Image, he añadido un capítulo que he bautizado LA EDAD DE LOS HÉROES para aunar a los profesionales, editores, autores y artistas que con sus trabajos nos dieron, por un breve pero brillante momento, como el Camelot del musical, un rayo de esperanza a los fans de los años 90.
Y todo empezó con Brian Augustyn, sin cuya labor muchos fans actuales ni siquiera comprenderíamos en que consiste un buen cómic DC. 

Contratado por Mike Gold junto a Mark Waid, comenzó su labor editando parte de los seriales del Action Comics Weekly.
Ya solo con su trabajo como guionista de Batman: Gotham by Gaslight -y su secuela, Master of the Future, tendría un lugar en la historia por originar los Elseworlds, mundos alternativos que recolocaban a los héroes DC -particularmente Batman y Superman- en diferentes contextos históricos, como la Londres de Jack The Ripper.
Y es que ese fue el retorno -no oficial- del Multiverso DC, ese concepto fundamental que ahora levanta pasiones pero que la editorial había descartado y prohibido durante más de un lustro por entonces.
Los aficionados más instruidos sabrán que fue Augustyn el editor del Flash de Waid, todo un heraldo de la nueva época y el inicio del retorno del SENSE OF WONDER -sensación de la maravilla o el asombro- de la Silver Age DC, otra época descartada y proscrita en la editorial hasta el éxito de esta serie.
Junto al guionista, el personaje de Wally West por fin escapó a la sombra de Barry Allen haciéndose heredero legítimo del título, único personaje legado que ha resistido, a pesar de varios intentos de sabotaje y el retorno del redivivo Allen, al paso del tiempo.
Conceptos como la Speed Force o personajes como Max Mercury, Jesse Quick o, por supuesto Impulse fueron generados en esta etapa, reconocida entonces inmediatamente por los fans como la única serie DC que honraba las esencias de la editorial.


Impulse fue uno de los cómics que más carcajadas nos ha procurado, y por supuesto, fue este editor quien inició la carrera de artistas como Oscar Jiménez, Humberto Ramos, Rags Morales o los llorados Mike Parobeck o Mike Wieringo.

Pero la labor de Augustyn no se agota en Flash: Con Parobeck y su estilo cartoon a lo Bruce Timm recuperaría del Limbo a la JUSTICE SOCIETY, solo para verla exiliada de nuevo durante Zero Hour.


Parobeck también comenzó trabajando con el y Mark Waid en el sello Impact Comics. 

Esos cómics siguen siendo, por su dibujo y enfoque clásico, mucho más definitorios y cruciales que la cacareada etapa de Johns y compañía.
Pero el sutil y crucial toque de Augustyn llega mucho más allá: heredó los títulos de Justice League y fue bajo su égida cuando se inició el retorno al scope original de la serie tras la etapa paródica de Giffen & De Matteis.
Aunque fallido, su nueva alineación tras Zero Hour apuntaba ya al que sería el verdadero retorno de la JLA.
La etapa JLA/JLA/Extreme Justice fue clausurada por el, ya teniendo en mente el futuro relanzamiento con los "Siete Magníficos", los miembros fundadores del grupo.
Junto a Waid también generaría JLA: YEAR ONE, reescribiendo el origen del grupo dentro de la confusa nueva Continuidad post-Crisis, algo que hubiese funcionado, y funcionó, de no seguir acumulando contradicciones en cuanto el abandonó la editorial.
Y es que la JLA de Morrison, aún preludiada por la miniserie de Waid, no la editó Augustyn pero la heredó Ruben Díaz, que no era otro que su editor asistente.
Sin esa JLA, no hubiese habido JSA, ni el revival de Titans, ni Young Justice ni nada de nada. 

Y sin que diese trabajo a Waid como guionista ya desde la línea IMPACT con los Crusaders de Archie, no habría ni Flash ni Kingdom Come.
Misteriosamente, al comunicar la noticia, Waid ha pasado por alto dos veces el que seguro que es el mayor mérito de Augustyn tanto para los lectores como para los autores españoles: 

Fue el quien, tras su trabajo en Marvel UK, editorial ya quebrada, llamó a Carlos Pacheco dándole -antes del Bishop de Marvel- su primer trabajo americano.
Así que, en un mundo sin Augustyn, centenares de cruciales cómics hubiesen desaparecido, y los años 90, y por tanto la actualidad, hubiesen sido infinitamente más oscuros.
Trabajó en muchas otras series más, de las que recuperamos algunas portadas, dejando en todas ellas su sello de amante de la Silver Age.
Luego vendría Waid, Moore, Ross, Busiek, Robinson, el propio Alan Moore y hasta mi querido Gary Carlson con sus BIG BANG COMICS, pero antes de todos ellos, fue Augustyn quien marcó la dirección. 


 Ya lo sabíamos, pero escribiendo ese ensayo hemos descubierto y reflexionado no solo sobre la importancia de su figura sino la influencia en nuestra propia obra, nuestra manera de entender los cómics y los personajes DC.
De hecho el nuevo cómic, WHIZ KIDS, no es más que un mal eco de todo el trabajo que el hizo en DC, co-protagonizado por Cyclone, el equivalente en BIG BANG COMICS de Wally West.
Creo que el final de la historia es algo que Augustyn aprobará.
Ahora, ese Black Flash que es la encarnación de la Muerte para los corredores lo ha alcanzado demasiado pronto.
Lo imaginamos uniéndose en la Speed Force a Johnny Quick y Max Mercury.
Parafraseando las palabras de Cyclone en el cómic: 

"POCAS COSAS DUELEN MÁS QUE PERDER A UN MENTOR". 

 D.E.P.

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