miércoles, 22 de marzo de 2023

SHAZAM Y LA FURIA DE LOS DIOSES: "¡¡SANTAS BARBAS!!"

Así se les ha ocurrido traducir el Holey Molly original.

Sabiendo ya que este DCEU tiene los días contados -90-, y conociendo de antemano el tono infantiloide con que han adaptado esta mítica -en más de un sentido- franquicia comiquera, en el vano intento de emular a Marvel -no al Capitán, que es lo que debieran- esta segunda entrega la hemos encontrado -en un cine VACIO- con trama y tono conexos y temas más adecuados al personaje.
   

Los que se quejan por que el Thor de Marvel cuenta chistecitos y no alcanza la épica mitológica podrán comprender la desesperación que sentimos los fans del Capitán Marvel original. 

Al fin y al cabo, el Thor de Kirby nació como un simple pastiche del Gran Queso Rojo.
   

Siguiendo los equivocados pasos de Geoff Johns, transformaron al héroe en un miembro más de la FAMILIA SHAZAM. Ahora, claro, se encuentran con seis superhéroes en una sola película. 

Y no, ni tienen el presupuesto ni el acierto de Avengers, aunque les copien la escena de la merienda. Pero las escenas de vuelo están solo ligeramente mejor que las irrisorias de Black Adam.


Como no pueden mover a la vez a media docena de héroes, el argumento no puede ser otro que el que es: por turnos, van perdiendo sus poderes hasta que solo queda -previsiblemente- el original.

Los demás apenas tienen tiempo de pantalla, ni diálogos, ni desarrollo ni nada, evidenciando lo inadecuado e imposible en la práctica de pasar en dos meras pelis de un héroe a una pléyade de ellos.
    

Hay un argumento secundario centrado en Billy Batson y sus dudas de ser el héroe que necesitan, y capacidad de liderar a la familia, y un sub-argumento manido de trama amorosa -al primer vistazo- entre Freddy y la chica mala que no lo es. Articulada, dentro de, ya decimos, lo predecible y convencional
A falta de Black Adam y su abortada familia, tenemos un pastiche de ellos original del cine, ya que no existen en los cómics, donde paradójicamente ninguna de las muchas versiones del héroe y sus aliados ha tenido relación alguna con los dioses griegos de los que proceden sus poderes. 

"Tres eran tres, las hijas de..." Atlas. Y entre ellas, si, una era buena, otra mala y otra regular. 

Salvo la gracia de ver a Hellen Mirren pateando héroes, las otras dos no pueden ser más que planas dado el tipo de historia, de cuento, y cuento infantil, en el que se mueven.
       

Otro problema de la franquicia es que, por el fracaso de la primera y subsiguientes catástrofes de la productora, los chicos ya han crecido y aunque tuvieran éxito no iban a poder volver a ser "niños que se transforman en héroes".  

Lo de "soy un niño en cuerpo de hombre" da para una peli, pero hacer secuelas de "somos seis niños que ya no somos niños en cuerpo de hombres" se vuelve cargante prontísimo.

Por cierto que, en el contexto de la película, la salida del armario de uno de ellos está, como poco, fuera de lugar. Pero ya se sabe en que tiempos vivimos.
 

Si la película resulta soportable es por que, dentro de su limitado enfoque, explora el mundo de los personajes, presentando escenarios que propiamente deberían haber quedado establecidos ya antes, como la Roca de la Eternidad.

Lo dice todo de esta versión el que los nenes y nenas hayan VANDALIZADO la Roca convirtiéndola en el sótano de la casa familiar. 


Pero ese escenario, mínimamente escrutado con nuevas estancias y portales dimensionales, con plumas inteligentes a lo Doctor Strange o Harry Potter, suponemos que es algo que gustará a los espectadores pre-adolescentes a los que está dirigida.

 

Aún deshabitado y caído, el Olimpo que debimos ver en esa Wonder Woman que comenzaba por aniquilar a los Dioses Griegos que son su elemento natural, aparece aquí grandioso y como un lugar de heroísmo desaparecido, obra y gracia de la docena de filmes de este agonizante Snyderverso.
        

Homenajes a Harryhausen y sus criaturas y un "Juego de Tronos" para todos los públicos son desaprovechados pues los héroes -desprovistos de sus poderes- no llegan a enfrentarse a ellos haciéndolo en su lugar un improbable y siniestro Deus Ex Machina con Product Placement incorporado que ríete tu del pollo frito de Supergirl. 


Decía la Mirren, y con razón, que a ella por el argumento no le preguntasen, y en el tercer acto, con el inútil mago -que primero escogió a Black Adam y dejó en su tumba la "llave" para liberarlo, y luego consideró a Sivana como posible heredero- corriendo en ropas tribales de acá para allá sin hacer ni decir nada de valor, ejemplificando perfectamente la degeneración de esa figura divina, mosáica y apocalíptica que era el Shazam original, y con ella la de la franquicia- todo se alinea para una escena que homenajea ni más ni menos que la muerte de Superman, versión Snyder.
     

Lo que nos lleva al spoileado cameo de cierta heroína, valioso si acaso por que en los cómics tampoco han compartido más allá de un par de escenas en el evento War of the Gods, cuando es lógico que el Campeón -como ahora parece que lo llaman- se encontrase con la que nació como su pastiche: Beautiful as Afrodita, Wise as Athena... 

A pesar de que dicen que está hecho con tecnología deepfake, dicha aparición deja en mantillas al cacareado cameo de Cavill, y es hasta graciosa, trayendo un rayo de esperanza y renacer a un universo que, afortunadamente, está en sus últimos estertores.
      

Como explicaban ayer los sitios de noticias, The Rock (of Futility), al desintegrar su personaje de la franquicia e impedir que personajes de ambas películas se cruzasen, ha ARRUINADO AMBAS. 

Y con ellas, a DC. Tampoco es que se hubiese salvado de relacionarlas, pero como vimos al hablar de su cinta, el golpe de gracia de DC viene de lejos. 

 No merecen menos quienes intentan hacer pasar a los villanos por héroes y a los héroes, ay, por payasos.

En los cómics, Billy Batson y Shazam sigue en espera de una versión canónica, conexa y definitiva. Sin duda, tendrá que llegar allí antes de que podamos ver algo decente en el cine.

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