Recientes experiencias personales nos enfrentan a la desesperanzadora realidad de que el ser humano puede perder toda empatía y, guiado por el ciego egoísmo reinante -pues de nada sirve conseguir para uno un paraíso personal si este no es compartido por los demás, terminarán conquistándolo y destruyéndolo o desaparecerán- el FIN de nuestra historia está ya escrito.
Pasada ya su madurez como autor, crea unos diseños de páginas que son a la vez asépticos y opresivos, mostrando ese paraíso artificial al que corremos a escondernos pero que carece horizontes y de significado.
Y sin la pregunta por el significado, la pregunta no por el por qué de las ciencias sino el PARA QUÉ EXISTIMOS de las Letras, no hay Humanidad.
La Razón crea monstruos, y los progresos científicos de la Era Racionalista se han tornado imparables y se revelan movidos y manipulados por los peores y más siniestros aspectos de nuestro dual ser.
Unos que no leen, ni entienden de lecturas, historias, ni ideas, ni de como estas reflejan el destino de que, al final, todo terminará bien. Ahí alumbra un rayito de esperanza para que el milagro ocurra.
La reciente Pandemia ha hecho que los pocos que queden despiertos tomen conciencia de donde y como vivimos, y los Humanistas llevaban ya desde principios de siglo advirtiendo del deterioro de la enseñanza de sus materias -que, como indica su nombre, son las que nos hacen humanos.
Si esta ha sido siempre deficiente, ya en nuestra generación, en las posteriores es ya un gran agujero negro, una incógnita. No se puede echar de menos algo que no se sabe que existe, o si se sabe no se comprende su utilidad y posibilidad.
Los pocos que intentan hacer algo son voces en el desierto infinito del mundo actual. Inventando internet y dotando de altavoces a toda la humanidad hemos hecho que aquellos pocos que gozaban de conocimiento y moralidad sean ahogados por la cacofonía y sobrepasados por los que carecían de ella.
"Explicar el significado de lo que leemos" dice la obra. Pues las letras muertas no son más que un método de codificación de ideas, pero no expresan por si mismas la profundidad de estos pensamientos.
Menos cuando poderes terrenales han malienterpretado durante milenios su verdadero, salvador, significado.
Montage vive en un mundo donde, sutilmente, se han pervertido las funciones de las instituciones. Los bomberos que antes apagaban fuegos, ahora los inician.
Tienen avances como casas ignífugas, comodidad, fiestas y entretenimiento. Pero no tienen FELICIDAD, pues esta no depende de la satisfacción de las necesidades corporales, sino de los SUEÑOS del ESPÍRITU.
Nosotros ya hemos conseguido algo mucho peor: No es necesario quemar ni un solo libro: YA NO SE LEEN. Y si se leen, contados son los que pueden apurar su significado.
No se ofendan, pero yo no lo cifraría en más de un 10% de de los actuales profesores universitarios y un puñado más de selectos que, paralizados por la propia visión del futuro, rotos por su propia cobardía, sobreviven como el profesor Faber, avergonzados de su falta de previsión y de su anterior miopía.
El libro de Bradbury, de estructura mítica, termina con un renacimiento -tras quemar sus ropas como símbolo de muerte iniciática, sumergido en las aguas, escapa a través del rio hacia una "Tierra Prometida"- y la aparición de un ciervo -el difunto padre de Bambi- nos señala la llegada de un nuevo mundo de poetas y filósofos donde las historias son inmortales
No se engañen: ES EL MÁS ALLÁ, el mundo platónico donde los modelos de todas las historias residen, indestructibles, y forzosamente regresando de manera continua...en tanto quede una sola mente en el planeta con la capacidad de CREAR.
Nuestra tecnología hace ya imposible de todo punto que uno pudiese escapar a semejante refugio en nuestro planeta. Cámaras, drones y gps son infinitamente más efectivos que el sabueso.
Y en cualquier caso, para llegar a el hace falta primero el maestro y aliado. Al menos nosotros, no lo hemos encontrado. No en este mundo.
Puede que en algún lugar haya alguien que, solo por la lectura de esta reseña, suelte a los "sabuesos" tras nosotros.
Cuando nos alcancen solo queda INMOLARNOS. no ya por los libros, sino por las IDEAS a las que, a través de ellos, accedimos. Únicamente ellas ILUMINAN nuestros trayecto por este mundo. Nadie que lea y comprenda podrá hacer menos por ellos, presos por su belleza.
Eso aprendimos de los libros y de las ficciones: Finales felices y esperanza más allá de la esperanza... a condición del sacrificio. Confiemos que quede alguien "bombero" entre los que nos aniquilan con la capacidad de entenderlo y despertar.
"Hay un tiempo para HABLAR y otro para CALLAR...", cita Montage, trasmutado en el viviente Eclesiastes. Estaba ahí, dentro de el, y ahora por fin podrá recuperarlo.
Abandonando su envoltura mortal, del hombre "malvado" que fue solo han quedado los versos que conforman su alma inmortal.
Gracias Victor Santos, por que el tiempo de hablar es AHORA.
Y perdonen las flaquezas de los que no hablaron antes o no lo hagan después.
1 comentario:
Magnifica adaptación de Víctor Santos. Grandes trabajos también los de Against Hope y Moon Eaters.
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