jueves, 4 de noviembre de 2021

ETERNALS: HIJOS DE UN DIOS MENOR

(NO CONTIENE SPOILERS) 

Como muchas otras de las obras con Jack Kirby como guionista, ETERNALS, a pesar de las sucesivas reelaboraciones que ha tenido en los cómics a cargo de otros autores posteriores, no es una obra con fácil adaptación. 

A pesar de contener poderosos conceptos e imágenes, el propio cómic de Kirby pierde fuelle y se vuelve redundante y aburrido a los pocos números, de ahí su pronta cancelación, a lo que se añade que mantuvo sus tramas quirúrgicamente separadas del propio universo Marvel.
    

El concepto fundamental de la serie hace aguas en el universo Marvel: Una raza de seres divinos es la causante de todos los Mitos y Leyendas. 

Primero, por que ya se había usado con los Inhumanos; segundo por que ni siquiera ellos tienen lugar en un Universo donde realmente existen dos docenas de panteones con sus propias mitologías, totalmente reales. 

 Así que la "moraleja" de Inhumanos y Eternos es redundante, y entre ellos también lo son.
   

Ante esto Feige y sus guionistas han tenido que reelaborar el material intentando hacerlo más genuino y encajable en el Universo Marvel Cinematográfico ya establecido. 

La verdad es que no lo han acabado de lograr. Sigue siendo un concepto fallido, y los problemas argumentales han arrastrado otros ya totalmente cinematográficos. 

Veamos por qué, intentando no revelar detalles del argumento.
   

En los cómics los Eternos y los Desviantes son el resultado de experimentos genéticos alienígenas -como los Inhumanos antes de ellos, aunque esta vez los autores son los enigmáticos CELESTIALES en lugar de los Kree-. 

Para singularizar ambas franquicias, en la película los Eternos son alienígenas, sin relación alguna con los humanos, algo que inmediatamente los DESHUMANIZA, obviamente. 

Según se revela su origen completo, este aspecto se acentúa, haciendo difícil que el espectador se identifique con ellos.
   

Pero algo así hubiese quedado en mera anécdota si la relación con los Celestiales se hubiese manejado con algo más de...DIVINIDAD. 
 
Los Celestiales de Kirby son moles ciclópeas incapaces de comunicarse con humanos y hasta Eternos, cuyos planes y cuyos juicios escapan a la comprensión de unos y otros. 

 En la película, Arishem se comunica repetidamente con los Eternos y, lo que es peor, cuanto más se sabe de sus planes, menos lógicos resultan. ¡Que no hay por donde cogerlos vaya! Abunda en errores cósmicos una y otra y otra vez.
   

Se pretende utilizar el mito de los Ángeles Caídos pero se acaba, quizás intencionadamente, remedando la historia de los Green Lantern Corps y sus Manhunters. 

Y es que la película, en realidad, no tiene más razón de ser que la de obstaculizar -y parece que lo ha conseguido- que la Distinguida Competencia adapte el igualmente problemático Fourth World de los New Gods de Kirby, como si el fallido intento de Snyder no hubiese sido ya suficiente obstáculo. 


 En el caso de que Warner reintentase tirar de nuevo de Darkseid y compañía, estos resultarían tan redundantes como lo es el gobernante de Apokolips y sus planes con respecto al ya legendario Thanos.
 
Puede ser el último "copia" del primero, pero quien da primero da dos veces, y Marvel ha hecho una jugada maestra de estrategia con esta adaptación y otras (Shang-Chi, What If...), acorralando poco a poco a DC en su escaque final.


Dicho lo cual, la película tiene grandes aciertos, como lo son la llegada de esos Dioses Civilizadores que homenajean en sus primeros combates con los Desviantes hechos de la Mitología Babilónica (Tiamat, la Serpiente Primordial, o la batalla contra el Toro Celeste). 

Hubiese sido mucho más interesante seguir explorando la presencia de los Eternals en la historia, pero me temo que montajes y remontajes, obvios por los reshoots en los que los actores cambian hasta el peinando, ha acabado con varias de esas escenas en la sala de montaje. Y con una película desigual.

Entre ellos nos hurtan el flashback principal: Sersi -Circe- encontrándose con Ulises y su tripulación, quizás por no interferir con la Mitología Griega, de próxima aparición en Thor: Love & Thunder.
   

A pesar de que hay un tremendo trabajo de caracterización de la decena de protagonistas estos resultan de principio, demasiado humanos para ser divinos, y demasiado divinos para pasar por humanos. 

La película alterna sin cohexión escenas de "Sawarma", donde los personajes bien pueden pasar por unos nuevos Avengers, con otras apocalípticas donde los personajes se comportan como meros arquetipos que, intencionadamente, recuerdan a la mala utilización de estos en el famoso Snydercut de la Justice League. 

¡Pero mira, otro gol que le cuela Marvel a DC al "hacer de Snyder mejor" que Snyder (aunque aprovechamos para confirmar que este no inventó la visión calorífica)!
    

Aunque en la película no faltan interesantes oponentes y la versión de Kirby de los Desviantes no es más que remedo de la corte de Apokolips, la conversión de estos en meros monstruos sin mente de 3D no ayuda tampoco a añadir interés a la cinta. 

Entre los errores fatales está la ausencia de personajes humanos (solo hay tres con diálogos en toda la cinta) que convierte al conflicto del Fin del Mundo en algo que no solo no afecta sino que casi ni es percibido por el conjunto de la Humanidad, dando la impresión que nada está en juego, más allá de unas batallitas de un puñado de individuos contra unos bicharracos de dudoso diseño.
 
El alivio cómico del mayordomo de Kingo, a pesar de que es hilarante, resulta un parco representante de nuestra raza.
       

E igualmente parca al final es la anecdótica presencia de Dane Withman -Black Knight- en la película, al que para justificar su historia se debería haber concedido al menos un par de escenitas más. 

Para concluir con las críticas, me temo que el tema de la inclusión se le ha ido de las manos cuando no han tenido otro lugar donde poner una sordomuda que entre las filas de DIOSES DISEÑADOS GENÉTICAMENTE "SUPERIORES". 

¡Pero bueno, otros inventan amazonas transexuales! ¡A ver quien da más!
       

Pasando ahora a los aciertos de la película, destaca como decimos la caracterización de los personajes: La compasión de Ajak, la lejanía de Ikaris, los anhelos de Sprite, el indescifrable Druig -ya tiene Loki heredero-, la nobleza de Gilgamesh, la otredad de Thena, el cachondeo de Kingo y sobre todo el amor y la esperanza de Phastos. 

Todo ello daba para un conjunto algo mejor orquestado y aprovechado, y la mayoría de ellos, salvo en la comedia, se quedan meramente apuntados, siendo Sersi, a pesar de protagonista principal, la menos trabajada.

Pero muy  buen trabajo y excelente casting de actores.
 

La película cuenta con una gran banda sonora y con una bella fotografía, como no se esperaba menos de su directora. 

Además combina relativamente bien ideas de las diferentes etapas del cómic, algunas absolutamente sorprendentes. 

Eso si, deja de lado otras, como los aspectos arqueológicos de Von Daniken, tristemente fuera.
         

Y el mensaje sobre la Humanidad y su valía, incluido su apocalíptico final rodado, que "causalidad", en las Islas Canarias, no deja de ser totalmente actual, aunque demasiado impostado.

 ¡Avisados estamos, al final nuestro destino depende de nosotros, y de por quién o qué tomemos partido!
        

Y hablando de tomar partido, hay que reconocer que la espectacular batalla final, a pesar estar interrumpida por cosas como la trama de Thena y el desviante, nos pilló por sorpresa, y su poético -mitopoético- final es una nueva colleja en el pescuezo de DC Films.
       

Algo que yo no acabo de entender, y que puede ser problemático en el futuro es que buena parte del plot refleja de manera demasiado similar los temas de la llegada de Galactus y la redención de Silver Surfer. 

Kirbyanos son, ¡pero a ver como presentan luego a los otros sin que resulten redundantes con lo ya visto!


Las dos escenas post-créditos, totalmente comiqueras, no pegan mucho con la trama de la cinta pero consolorán a los aficionados más hardcore. 

 Y como queda claro, la historia de los Eternos está lejos de terminar.
         

Con eso nos quedamos, esperando que tramas y personajes sean pulidas, podadas y mejoradas para sus siguientes apariciones a lo largo o en el culmen de la Fase 4.

El cohexionado Universo Marvel sigue pudiendo soportar la puntual pifia en la esperanza de que todo acabe cuadrando en el apuntado épico final de etapa.
 

Queda pendiente un examen de por qué Arishem no da pie con bola en sus iniciativas pero las obviamos para evitar los spoilers. 

¡Pero vamos a su lado el Lex Luthor de Snyder y sus planes son un mecanismo de relojería, de ahí el título de nuestra crítica!


Quizás podemos resumir ahí el fallo de la cinta, a pesar de que la película remonta en sus momentos finales, los perfectos Eternals no son capaces de transmitir la superioridad modélica que se les supone, aunque solo sea por haber vivido -y forjado- toda la Historia humana.

Partiendo de la nada, se han vuelto muy humanos, demasiado humanos. Pero nosotros necesitamos algo mejor que nos inspire.

 

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