THE LEAGUE OF EXTRAORDINARY GENTLEMEN: LA TEMPESTAD

Cuanto más vueltas le doy, más me reafirmo en que, al menos para mi, no hay sello que que me haya satisfecho más en su conjunto que ABC COMICS, la división de Wildstorm creada bajo la égida editorial de Scott Dunbier para Alan Moore, y donde este supo aunar el Sense of Wonder de la Silver Age con la sofisticación de los cómics de superhéroes post-Watchmen y hasta el tono adulto y espiritual de Vertigo. 

"Los Mejores Cómics de America" hicieron honor a su nombre, y su trágico final al ser Wildstorm absorbida por DC es el perfecto símbolo de como el aspecto empresarial de los cómics americanos (con Jim Lee a la cabeza) ha arruinado completamente la parte artística y la calidad de los mismos.

    

Preclaramente Alan Moore, que no odia a los superhéroes, si no todo lo contrario, ha acabado harto de estos constantes tejemanejes y ha elegido esta obra para que -esperemos que temporalmente- marque su colaboración final con el Noveno Arte, concluyendo las aventuras de este universo de ficción que abarca toda ella y que arrancase como las aventuras de un grupo de personajes de la literatura victoriana.

   

Continuando las tramas de Black Dossier, un grupo de heroínas formado por Orlando -en versión femenina-, Emma Peel y la ahora también inmortal Mina Harker tendrán que enfrentarse al retorno de la retorcida versión de ese agente bebe Martinis llamado "Jimmy". 

De camino descubrirán al tatataranieto de Nemo, volverán al Mundo Llameante y combatirán un siniestro futuro alternativo donde la tierra ha sido presa de invasiones alienígenas.

   

No menos importante es la presencia del grupo de superhéroes británico Seven Stars que, junto a otra parodia británica de los superhéroes, tendrán que volver a reunirse para desentrañar uno de los misterios de la historia. 

Moore se toma una sutil e inteligente venganza y convierte a los superhéroes americanos en un mero truco hollywodiense, borrando su existencia, al menos en este universo alternativo.

   

Pero sobre todo, esa miniserie final es un sentido homenaje al CÓMIC BRITÁNICO, sus autores y sus personajes. 

La acción se va narrando emulando el formato de antiguas tiras y publicaciones, y las biografías de creadores como Mike Anglo, Leo Baxendale o Ken Reid celebran su trabajo en un país que tampoco ha sido especialmente hábil en preservar su tradición historietística.

   

Nos quedamos así huérfanos de un genial guionista y el definitivo universo de aventuras, pero no nos angustia, por que gracias a el tenemos literatura para leer durante varias vidas. 

Trabajito tiene la industria americana hasta ponerse a la altura de todos estos cómics y, no solo eso, superarlos, cosa que no ha sucedido en los 20 años que han pasado desde entonces, y así nos va.

P.S.: No dejéis de leer el cómic junto a las ANOTACIONES que podéis encontrar en internet y que lo hacen inmensamente más disfrutable.