Lo acompaña Robert Quinn, un artista sobrado para esta serie, en el sentido que es también mejor que otros de series más principales.
La premisa del nuevo X-Factor es un tanto disoluta, un grupo gubernamental que a la vez se promociona como "influencers", pretendiendo abarcar en definitiva el tono humorístico de X-Factor de Peter David -la especialidad de Russell, junto a la premisa original de la serie, en tanto que son un grupo mutante manejado por su manager.
Algo hereda también de la X-Force de Milligan.
Así, en otro homenaje, esta vez a la X-Force del cine, una primera alineación son directamente masacrados en una misión que los enfrenta a un grupo de mutantes rusos liderados por Darkstar.
El primer número culmina con la aparición de la segunda alineación, esta liderada por Havok -en lugar de Angel-, con lo que parece que será la oposición de su pareja -si lo siguen siendo- Polaris.
La verdad es que, bromas y buen dibujo aparte, no nos parece una premisa sólida ni creíble, el que Angel -tras la experiencia con el X-Factor original, en la que le hicieron creer que posar como un grupo de cazadores de mutantes era buena idea- se deje embaucar de semejante manera.
Lo preferiríamos con mucho liderando una nueva versión de los Campeones de los Ángeles.
La alineación -como siempre que Havok encabeza una-, es de segundones o "tercerones", y por lo tanto, como en el caso del nuevo X-Force, muy bien va a tener que guionizar Russell para que este nuevo grupo supere los seis meses de rigor o el año.
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