lunes, 2 de agosto de 2021

AMERICAN GODS: EL MOMENTO DE LA TORMENTA

Para los que como yo creemos que solo hay UNA HISTORIA que merece la pena contarse, en sus diferentes formas y manifestaciones, no nos alarma que Gaiman vuelva sobre ella. 

AMERICAN GODS regresa a tratar los personajes y temas de SANDMAN, solo que desde una diferente perspectiva. 

Las historias perduran en diferentes formas, los Dioses que protagonizaron las primeras también. 

Y aquí se narra esa vieja historia con los Dioses convertidos casi, casi, en humanos. A ese proceso de disfrazar a los Dioses y "humanizarlos" (como si no fuesen ya humanos en sus concepciones originales) es a lo que llamamos HISTORIA DE LA LITERATURA.
   
En su arco final, el héroe de la historia, Sombra, un hijo de Odín como Thor o los Volsungos de Wagner, pasa por el momento del sacrificio -ya colgó de un árbol al principio, en los "misterios menores". 

Enfrentado, como Sigfrido o Luke Skywalker -que recordamos, hereda de Loki nombre y apellido- con su propio padre, Wednesday, detener el sangriento karma que anima la creación requerirá el mayor sacrificio.

Para alcanzar la iluminación, la universalidad, para formar parte del mundo de los Dioses y tener consciencia "cósmica", hace falta destruir el ego, dejar de identificarnos con lo que ahora (creemos que) somos para alcanzar lo que, con el Rey Arturo, FUIMOS Y SEREMOS.
   
Gaiman tambien nos muestra que en el fondo toda la existencia es un juego, una trampa que siempre termina con su propio Ragnarok, la batalla final donde todo se aniquila en llamas. Y para los que sigan esa dinámica solo queda la muerte y la destrucción. 

Por último también destaca para nosotros el lado oscuro de los Dioses, que lo heredan de los Humanos que los crearon a ellos. 

Y que, cuando todo esté perdido y reinen los poderes de la oscuridad, la Providencia intervendrá para poner a cada cual en su sitio. Hay un largo epílogo que resuelve todos los subargumentos de cada uno de los personajes principales.
En enfoque de los artistas, que mezcla a Craig Russell, maestro de los mundo oníricos con Scott Hampton, ahora fotorealista ejemplifica bellamente esa dicotomía de la realidad: Todo es material pero todo es interpretable como un mero símbolo de otra cosa. 

Sobre todo, nuestra propia vida y el mundo que nos rodea. Obras como esta nos dan las claves para hacerlo. 

El juego solo termina cuando GANAN LOS BUENOS.

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