viernes, 16 de octubre de 2020

NO MATARÁS: BARCELONA, LA NUIT

Karma instantáneo: Después de hacer de psicópata controlador, a Mario Casas en esta peli le toca ser el el perseguido. 

 La verdad que, con todos los papeles que lleva a la espalda, el del oficinista "modosito" que desempeña en esta nos cuesta creernoslo. 

 Pero no se preocupen, por que en cuanto la peli arranca, van a estar ustedes pendientes de otras cosas.


En una Barcelona nocturna, oscura, industrial, abandonada, marginal -casi, casi, como sale por las noticias- que es todo un logro como escenario, el mencionado oficinista se cruza la noche antes de emprender un viaje de vuelta al mundo con una chica joven, descarada y alternativa que poco a poco lo va liando. 

Que si un tatuaje, que si vente a mi casa, que si... Las luces de neon alumbran un mundo cada vez más marginal y en el que la razón y nuestras normas y leyes se van difuminando hasta desaparecer. 

 Y tanto, tanto lo lía, que la cosa se irá de madre con la inesperada aparición del novio de la chica, aún más chungo que ella y con asesinas intenciones.


A partir de entonces se desata un frenético thriller en el que el tímido viajero ve como su vida se va por la cisterna del water mientras intenta abandonar el lugar, escapar de las fuerzas del orden, limpiar los posibles rastros de su relación con esos eventos, etc, etc...
   

No les voy a engañar: ES UNA DE ESAS PELIS DONDE SE LO PASA UNO MAL VIÉNDOLA y sufriendo todas las desventuras del prota. 

Aunque creemos que el fugitivo evita las ahora ubícuas cámaras de vigilancia con demasiada suerte, tenemos que confesar que el inesperado cambio de rumbo final ofrece algo de retribución por la "mala tarde" (o noche) que nos han hecho pasar. 

 Y moraleja: ¡Cuidadito con quien te enrrollas, que te jode la vida!


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