Lovecraft vuelve a tratar el tema de la especial sensibilidad de los artistas para captar lo ultramundano, aunque ahora lo haga entre disquisiciones teóricas sobre la pintura.
Los artistas, los pintores, los bohemios, alejados de la sociedad, viviendo en la noche, probándolo todo abyectamente son como chamanes de la sociedad.
También los usaba Chambers en sus relatos sobre El Rey de Amarillo.
O el propio Oscar Wilde en su Dorian Gray.
Aunque en este caso lo inquietante, lo sobrenatural, no va a estar en la pintura, sino en el modelo.
Lovecraft inventa una nueva criatura, basada en los "ghouls" devoradores de cadáveres de las cuentos de las Arabian Nights que le fascinaron de joven.
En realidad, el relato es una revisitación de The Rats in The Walls, solo que esta vez los ruidos tras los muros los causan uno "roedores" contra los que Jinx y su escoba hubiesen tenido poco que hacer.
Estas criaturas son algunos de los muchos conceptos rescatados por Alan Moore en su presente cómic Lovecraftiano, Providence.
No hay comentarios:
Publicar un comentario