domingo, 4 de marzo de 2012

THE ARTIST

Podríamos decir que a escribir se aprende leyendo.

 Los que más o menos nos dedicamos a esto lo hacemos por puro método de imitación de nuestros más adorados creadores, y a veces, a base en definitiva de combinar y recombinar influencias y depurar un estilo a través de la experiencia vital propia, sale algo singular u "original".


Y aunque no cabe duda de que, una vez formado un cierto criterio, es muchísimo lo que se aprende de los comics, libros o películas malas, no deja de ser maravilloso como nuestro "intelecto colectivo" reacciona unánimemente aupando a los altares obras como la de Hazanavicius.

 "RE-conocemos" el talento de lo bien hecho, de lo que funciona, de lo correcto, y de lo que nos "emociona", aunque solo intuyamos que significan en nosotros esas emociones. Nos gusta por que "está bien hecho", lo cual presupone que existe en nosotros ya el modelo ideal de historia.

 Nos gusta por que, aún conociendo ya el argumento, y pudiendo adelantarnos a él escena a escena, obtenemos el placer al ver como nuestras propias predicciones se van cumpliendo. "No defrauda", podemos decir.


Y a la vez, los que nos molestamos no solo en admirarlo si no en saber por qué funciona tan bien, pues en esta ocasión estaremos de acuerdo de que el éxito, además de la naturaleza autoreferencial de la película, radica en la capacidad del director de recrear ARQUETIPICAMENTE un mundo ya perdido.

 La pelicula -al menos a mi- se nos hace plausible ya desde la primera escena, viendo al bueno de Valentin convertido en héroe pulp. Sabemos nos otros de sobra que sus "Russian Affaires" existieron, y a partir de ahí "compramos" todo lo demás.


The Artist ofrece una mirada nostálgica e ideal de Hollywood original, bastante alejada de la realidad que reflejan agriamente cintas como "La Dalia Negra". No solo se regresa al cine mudo, sino a todos los valores originales. Los buenos ganan al final, y eso es lo que nos gusta en definitiva.

 Todo es como "lo imaginamos", como lo hemos visto mil veces, desde el magnate cinematográfico, puro en mano, hasta el declive de las antiguas estrellas que acaban olvidadas, la fidelidad del mayordomo, pasando por los policías torpes de las películas de Charlot.


Valentin hace de Rodolfo Valentino y por supuesto del saltarín Douglas Fairbanks en La Máscara Zorro, la legendaria versión que viese el pequeño Bruce Wayne en los años '20...

 Por lo tanto, cabe insistir que se trata de la capacidad creativa de RECREAR un universo a través de las claves más populares y conocidas lo que nos hace meternos en él. Y eso es lo aplaudible en esta cinta, que se cuiden detalles como los del puro del productor.

¡¡Cuantos creativos, sobre todo en los cómics, no solo se olvidan del puro, sino hasta de la barriga...!! No hay que dibujar un tio que DICE que es productor. Hay que dibujar los cómics como si también fuesen mudos. SE TIENE QUE VER QUE ES EL PRODUCTOR.


Por otro lado, el que se nos haga comprensible a estas alturas una película muda es una severa lección de humildad para los escritores, esto es, para los dialoguistas: TODO TIENE QUE ESTAR YA EN EL ARGUMENTO (también en los cómics), los diálogos no son más que florituras musicales, una especie de banda sonora alfabética que refuerza la trama.

Pero a la vista está: Muy necesarios no son para entender la historia.

Lo cual conlleva la reflexión de ¡¡cuantas cosas somos capaces de comunicar sin abrir siquiera la boca!! Ese es también el trabajo de un actor, que no se ni mucho menos un declamador de diálogos, sino que debe con cada uno de sus movimientos y gestos transmitir y contar. TAMBIÉN EN LOS CÓMICS.



Valentin, olvidado por la industria, pero con un fiel amigo siempre a su lado y una fan irredenta que lo salvan al final.

 Pero esas cosas, ay, solo pasan en el cine... ;-)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Sobre saber callarse, comentaba hace poco que Moore es un autor que sabe callarse. No necesita estar todo el rato escribiendo en una viñeta, deja narrar a su dibujante, como se demuestra en la escena donde descubre el destino de la niña secuestrada.

En el otro lado, más o menos, estaría Robinson en "Starman" (al menos el primer tomo), que no se calla (por bien que escriba).

Muchos Jim Lee y Rob agradecerían esta entrada diciendo que das la razón al dibujo sobre el diálogo, pero creo que no entenderían al menos lo que yo entiendo: que el dibujo debe saber narrar, que siguiendo viñeta a viñeta deberíamos comprender esa historia que se abre ante nosotros.

Pese a que "The artist" no me emocionó tanto como al resto del mundo, reconozco que es un buen homenaje y si 2011 fue el año de los homenajes al cine clásico con "La invención de Hugo", "War Horse" y "The artist", espero que 2012 sea la reinvención.

Buena reseña, Pedro. Un saludo.

herb_b dijo...

Muy necesaria tampoco es la imagen para contar la historia: veo un monton de libros en mi estanteria desde donde estoy, historias perfectamente narradas sin imagen. La historia no DEBE estar ya en las imagenes, sin los dialogos. Puede estarlo, eso si, es una opcion sobre como contar una historia, pero no la mejor, solo una mas. Los comics y el cine, en su mayoria, suelen tirar por la calle de medio ¿es eso una mala elección? yo diria que es mas bien la mas logica, en medios que combinan imagen y palabra, por mas que tambien se pueda hacer como en the artist, con tan buenos resultados que nos recuerde lo poderosa y versatil que es la imagen ya por si misma.

PEDRO ANGOSTO dijo...

Herb:

Me estoy refiriendo OBVIAMENTE a medios VISUALES.

Como el cine y el cómic.

Es agotador que os empeñeís todos en coger sistemáticamente el rábano por las hojas.

Por lo demás, la historia que cuentan las imágenes del cine y el cómic, EVIDENTEMENTE, está antes en el guión, que se escribe con letras, como tus admirados libros.

No me tomes por mongolo, hombre.

Beetle dijo...

Pedro, NO CUENTES EL FINAL, carajo.

herb_b dijo...

No te tomo por mongolo, hombre, solo se trataba de un ejemplo llevado al extremo para evidenciar que aunque se puede contar una historia que se entienda sin falta de los textos, no hay por que hacerlo. El texto es parte integrante de un comic, y los dialogos de una pelicula. Puedes hacer que se entienda solo con las imagenes, o no. Tambien puedes basarte en el texto y que las imagenes te sirvan de complemento (esto suele ser peor idea, pero hay cosas muy buenas asi), y que lo habitual, es un equilibrio entre las dos cosas, yendose hacia un lado u otro dependiendo, aveces de lo que quieras contar y el como, aveces de las limitaciones de los autores. Pero no es algo que DEBA ser de un modo necesariamente. Lo de los libros, es solo un ejemplo de un extremo, pero the artist lo es del otro, ya que en realidad, las pelis no suelen ser asi, habitualmente, ni el cine ni el comic, son medios unicamente visuales, aunque se les suela definir asi, sino mixtos (y en el cine, añademe la musica, que tambien sirve para ayudar a contar una historia, si se usa bien). Y no es que piense que tu no entiendes todo esto... pero por eso mismo me llama la atencion que afirmes tan tajantemente que una historia deberia entenderse siempre aunque le quitemos los textos. Pues no. Se puede hacer muy bien asi, y es muy disfrutable cuando alguien que sabe lo hace, pero es solo una de las muchas formas.