Nunca llueve a gusto de todos: El ascenso de la franquicia de los Vengadores a la cabeza de las historias del Universo Marvel ha llevado consigo un fenómeno tan poco probable que casi podría considerarse uno de los signos del Apocalipsis -nunca mejor dicho-: la decadencia de la franquicia de X-Men.
Lenta pero segura, la serie, con todas sus derivadas, ha ido hundiendose en la indiferencia de los fans, como veremos, por poderosas razones.
Tras el último intento, más o menos fallido, de revival de la etapa clásica por parte de Claremont/Davis, los X-Men cayeron en manos del nuevo talento de Marvel, Ed Brubaker.
Arrancando de la miniserie Deadly Genesis, Brubaker resuelve por fín uno de los legendarios cabos sueltos de los X-Men: el misterio del tercer hermano Summers. Con Vulcan introduce un improbable pero creíble grupo perdido de X-Men. Los dibujos son de Trevor Hairsine, un lento y flojo "clon" de Hitch que acabará desapareciendo del mainstream.
La siguiente saga que lleva a los X-Men de vuelta al Imperio Shi'ar en busca del Vulcan si resuena como una gran aventura del grupo, pero ciertamente demasiado extendida y específica como para resultar relevante. Dibuja un aún bisoño Billy Tan, con tantos aciertos como pifias.
Pero Brubaker pronto caerá en la vulgaridad con una aburrida saga de los Morlocks dibujada por Larroca.
Nick Lowe, el editor de X-Men es un joven editor que ha crecido leyendo los X-Men de los '90. Mientras, la ganancia de Spider-Man será la pérdida de los X-Men, cuando Axel Alonso, editor del Spidey de JMS, quien hasta se honra de tener un severo desconocimiento de la historia de los personajes Marvel, sea trasladado a Editor de Grupo de la línea-X.
Entre ambos traman el siguiente cross-over mutante, Messiah Complex, que va a especificar perfectamente la nueva dinámica de la línea: un contínuo revival de los personajes y las situaciones de los años '90, un escenario en el que regresan decenas de viejos personajes pero en los que la historia de los mismos no avanza ni un ápice de lo que ya conocíamos desde hace décadas, perdiendo así la franquicia cualquier pretensión de ser contemporánea, no digamos ya líder del mercado.
A partir del cross-over, la serie X-Men adopta el subtítulo LEGACY y pasa a ser prtagonizada por el Prof. Xavier y Pícara. El guionista va a ser Chris Carey, una extrañísima elección, pues aunque no le falte talento -véase su Lucifer para Vertigo-, no tiene trayectoria alguna dentro de los comics de superhéroes y apesta a un encargo conseguido por un agente espabilado o similar.
A pesar de llegar a contar con los dibujos de nuestro genial Acuña, eso va a resultar ser "too little, too late" y esta serie va a quedar como absolutamente secundaria y prescindible en el Universo-X.
El verdadero problema de la franquicia va a ser que es imposible encontrar una alineación reconocible de los X-Men (Tormenta, Rondador, Coloso, Lobezno---) en un mismo comic. Es como tener a cada miembro de los 4F en un título distinto. El protagonismo de nuevos miembros anodinos solo va a colaborar a disolver aún más la identidad e identificación del grupo.
La existencia del título "DELUXE" Astonishing X-Men solo servirá de nuevo para autocompetir con las aventuras de Uncanny, puesto que ni Whedon ni Ellis van a conseguir evocar verdaderamente las etapas doradas de la serie.
Una vez promocionado como guionista estrella, Brubaker reconoce al fin que los mutantes no son en realidad lo suyo y los cede al nuevo "niño prodigio" de Marvel, Matt Fraction. Él traslada a los X-Men a San Francisco, en lo que se ha revelado como una nueva etapa de transición, ya que no acaban de instalarse allí cuando vuelven a hacer las maletas.
Fraction va a demostrar cierto talento en sus X-Men, pero parece estar más interesado en las subtramas como la del Club-X, con sus propios personajes, que en los supuestos personajes principales. La llegada de Terry Dodson a la serie supone la primera vez desde la marcha de Davis en donde se cuenta con un artista a la altura.
Por desgracia va a compartir la serie con Greg Land, un dibujante que se basa en fotografias para esconder terribles carencias narrativas y que va a torpedear cualquier intento de que la serie levante vuelo en esta etapa.
La necesidad de cruzar a los aislados X-Men con el Dark Reign de los Vengadores va a suponer poco más que una interrupción de las líneas argumentales de Fraction, en un confuso cross-over que incide machaconamente en la idea de la persecución contínua de los mutantes, en lugar de la "grand adventure" que hizo famoso al grupo en primer lugar.
La aparición de unos "Dark X-Men" contribuirá aún más a la falta de indetificación en la alineación del grupo, sometiendo a la franquicia al vaiven de las modas imperantes, cuando en un tiempo eran ellos los que marcaban el paso.
Continuaremos con la segunda parte, dedicada a la actualidad y los títulos derivados de la franquicia. Pero podeis comenzar a opinar si es que esto tiene arreglo o no...
4 comentarios:
Buen analisis de lo que ha venido en la última epoca.
Leo la BM:X-men y luego leo las aventuras actuales y me dan ganas de llorar.
Exceptuando, X-factor, new x-men y x-force el resto es relleno o aventuras donde los personajes no saben si van o vienen.
Y ya astonishing sin whedon es directamente una puñetera mierda.
Rezo por que second coming sea algo de verdad trascendental para los mutantes.
Obviando los méritos de PAD en X-Factor, reconozco que la franquicia a perdido mucho, pero echando la vista atrás, la único que no tiene en comparación con lo que era en los noventa es el primer puesto en ventas. Muchas series, muchos personajes, mucho crossover (bueno, de esto no tanto, pero de un par de años a esta parte, si parece que abundan), malos guiones, ocasionales buenos dibujos e impresionantes ventas, estos son los rasgos característicos de los mutantes en los noventa y a excepción de las ventas, yo los veo igual ahora.
Aunque mira, no sé porque será, pero a mi Fraction si me gusta en sus planteamientos, me frustra en su nula capacidad para desarrollar un personaje que no sean Cíclope o Emma Frost, en las resoluciones de sus tramas, pero definitivamente, una de las cosas que más me gusta es la falta de un grupo definido, saber que en cualquier momento pueden entrar en acción personajes que llevan años sin siquiera aparecer (como Dazzler) y tener incluso algún momento de atención (número 510 USA, en el caso de esta última) es algo que me atrae hacia cada nueva entrega.
Eso, y Dodson, porque negarlo.
...Solo que ya no estamos en los '90.
Ahora que Lobezno tb está en los Vengadores, mejor se van buscando alguna razón para vnder esas series.
Leer hoy en día X-Men es como viajar atrás en el tiempo, y al lado de los modos narrativos de las series de Vengadores, leer mutantes parece como ir hoy en día montado en tartana.
Los tios con garras hace como 20 años que dejaron de molar...
Pues mira, yo estoy disfrutando un montón con todo lo que está haciendo Fraction. La Patrulla-X se ha convertido en una alegoría de la creación del estado de Israel muy bien planificada. Y su Cíclope es el mejor que hemos tenido en muchísimos años.
Por cierto, Pedro, ¿porqué utilizas el nombre americano de los personajes y los grupos en lugar de la traducción al castellano? Sólo te falta llamar Avengers a Los Vengadores ;-)))
Publicar un comentario