No sabemos como, pero su enemigo Cyber lo ha localizado y va tras el, cargándose primero a su manada.
Para darle algo de contenido a lo que casi queda reducido a aquel número de Ave Nevada en medio de la tormenta de nieve, Nightcrawler también ha ido a buscarlo, en un encuentro que quiere homenajear -y homenajeará, pues el Wendigo aparece en el próximo número- a aquella aventura del final de la etapa Byrne.
No obstante, Cyber escapa por una razón tontita y se mete en una cueva donde algo parece cambiar el adamantium de su piel a tono dorado... Continuará.
Guioniza el ya veterano Saladin Ahmed, consiguiendo un decente punto de entrada para nuevos lectores, pero un supongo que muy aburrido primer número para lectores veteranos en el que, en definitiva, nada se apunta que pueda motivar a seguir la serie.
Suponemos que se ha evitado correctamente apabullar al nuevo lector con las toneladas de información sobre el pasado de Wolverine, pero a la vez hubiese constado poco meter algún subargumento que ensanchase el scope más allá de los bosques de Canadá.
Como nota, se supone que esta aventura es anterior al siguiente reencuentro del elfo y el carcayú dentro de la serie Unncanny, cuyo segundo número ya se ha publicado y vuelve a ser simplemente correcto.
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