jueves, 27 de mayo de 2021

CRUELLA: ¿CUAL ES EL ORIGEN DEL MAL...?

"Noy soy mala, me han dibujado así", aducía la despampanante Jessica Rabbit. 

Es necesaria una profunda reflexión sobre qué impulsa a los productores cinematográficos de hoy en día a convertir en protagonistas a los villanos más clásicos. 

Particularmente, tratándose de un sello infantil/familar como Disney. Y aún más si la escogida es quizás la más Fetichista -y Perversa- de sus villanas: Cruella DeVille.
     

Todo comenzó con Maléfica: Aún enfrentada a los mismísimos Hados (/as), resulta que no era tan mala como la pintaban. 

Aunque igualmente innecesaria y moralmente confusa, la película que nos ocupa invita a algunas interesantes reflexiones. 

Evidentemente, para que Cruella pase al bando de los buenos se necesita una nueva antagononista, en este caso la genial Condesa interpretada por Emma Thompson, que pasa a ser la "Cruella de Cruella", de quien, como el joven Sherlock Holmes recopilando pipa, gorra y demás características, la sádica diseñadora acabará heredando sus rasgos. ¡Cuidado con quien combatimos por que podemos convertirnos en ellos!
     

Se crea así un "loop" moral en donde cabe preguntarse: Si Cruella se pasa a las malas por la Condesa, ¿por quién se volvió mala la Condesa...?, remontándonos, claro, al mismísimo Lucifer. 

Los guionistas hacen un exhaustivo trabajo al tratar de "razonar" como una persona más o menos normal (o en este caso, superdotada) termina convirtiéndose en una desquiciado villano digno de Batman, tratando a 101 Dálmatas como si fuesen unos Evangelios que también tienen un "Antiguo Testamento" detrás.
   

Y en ese esfuerzo, al utilizar básicamente el cuento de BLANCANIEVES como modelo, dotan a la película de unas alturas MÍTICAS: Cruella, perseguida por sus particulares FURIAS en forma de dálmatas, acaba cayendo cual Lucifer, de más de una manera. 

No obstante, la parte fundamental por la que se produce el cambio de héroe a villana no resulta suficientemente creíble, lo cual convierte a la cinta en puro espectáculo y en una tarea creativa tan minuciosa como valdía.
 

Si todo cuanto pasa en 101 Dálmatas tiene una justificación detrás, entonces encontramos que es el DESTINO quien nos maneja, y que por lo tanto no tenemos ninguna libertad de elección: Somos malos por que nos dibujaron así, y rebeldes por la misma razón. 

Bueno, pues aún nos queda una elección: la del espectador, que no tiene por que volver al cine a ver de nuevo Blancanieves (mezclado, obviamente, con Harley Quinn).

Y es que Cruella actúa totalmente como un villano de Batman, de una manera mucho más arquetípica que los de las últimas adaptaciones del Murciélago. 
     

Pero ni eso ni la detallada ubicación de la historia en el Londres de los setenta, con sus modas y su música y sus personajes clasistas lograr dotar a la película de una singularidad que vaya más allá del mito que adapta. Y el mito, por bien incluido que esté, ya nos lo sabemos.

Por último advertir que, como tantas recientes producciones, la película resulta demasiado infantil para adultos y demasiado adulta para infantes. 

¡Déjenla pasar antes que Disney convierta a la Bruja de Blancanieves en la Madre Teresa de Calcuta!

Si el Mal nos resultase comprensible y justificable, no sería tal.

 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Se nota que es como un intento de parecerse a la película Joker de 2019.

vicenteapariciobenejama dijo...

Pues yo no considero que ver la pelicula haya sido una experiencia baldía. Me ha gustado
mucho el tono de un Tim Burton rebajado de acidez. Veo más una apropiación de los mitos de Jano y Perséfone que una visita al fondo de armario de Blancanieves. La Baronesa Thompson y en especial la Cruella Stone parecen haber leido aquel lema de Alan Moore en su Liga Extreordinaria. "El Imperio Británico siempre ha tenido problemas en distinguir entre sus héroes y sus monstruos".

Raf dijo...

No me gusta mucho la moda de Disney dedicar películas a sus villanos blanqueandolos completamente. Dar profundidad a personajes unidimensionales está bien, pero intentar justificar todos sus crímenes bajo pretextos como "sufrió injusticias", "se arrepintió y trató de enmendarlo", "había un villano mayor"... en vez de darle profundidad a un antagonista lo convierten en un (anti)heroe para que la audiencia simpatice con él.

Dejando a un lado eso, esta película me gustó mucho (buena historia e imagen, gran banda sonora...). Mucho mejor que su prototipo "Maléfica" y su soporífera secuela.

Lo unico que le cambiaría sería hacer a Cruella un poco mas inmoral (que se hubiese hecho un traje con la piel de los perros que mataron a su madre)