Cómo es posible que el creador de semejantes bajezas lo sea también de las grandes, inmortales y conmovedoras obras de Arte que nos fascinan, se vuelve todo un misterio.
El Arte y los Artistas se tornan último refugio para muchos ante la insoportable realidad, y de ahí la increíble oportunidad de este libro.
En el se recogen citas y aforismos de ese genio que fue Oscar Wilde, mucho más que un poeta o escritor teatral, casi un místico y un teórico del Arte y de su lugar en la existencia humana.
Capaz de resumir toda la existencia en una sentencia, leer a Wilde es un placer por si mismo, aún cuando tal o cual aforismo no nos parezca acertado.
Son los menos: en sus audaces reflexiones la Verdad y la Belleza se desvelan, tanto más cuanto más breves son las mismas.
El reconfortante librito de Elba recopila todos sus pensamientos sobre Arte, Artistas, Literatura y Crítica a lo largo de toda su producción, ficción y ensayos.
Allí nos presenta al artista como un ser singular, capaz de ver más allá de los engaños de la realidad, no sometido a la moral, y reinventor del mundo, embellecedor del mismo.
Lejos de reflejar fielmente la realidad, el artista lo es más cuanto más se aleja de ella, y es allí donde surge la belleza, cuando su obra revela el verdadero ser de los objetos que representa.
Una mística que el escritor iría combinando con su creciente espiritualidad al desgraciado final de su vida con la admiración por la misma historia de la Pasión de Cristo, cuyo drama considera superior hasta a sus admirados griegos y las más elevadas de sus tragedias.
No nos resistimos a concluir la reseña de la mejor manera, con muestras de sus reflexiones, o mejor dicho INTUICIONES:
Por que la belleza es lo único que el tiempo no puede dañar. Las filosofías se desmoronan como la arena, y los credos se suceden unos a otros como las marchitas hojas del otoño, pero lo hermoso es un placer para todas las estaciones y un bien para toda la eternidad.
El Arte encuentra su perfección en sí mismo y no fuera de él. No hay que juzgarlo conforme a un modelo interior. Es un velo más que un espejo. Posee flores y aves desconocidas en todas las selvas.
Crea y destruye mundos y puede arrancar la luna del cielo con un hilo escarlata. Suyas son las formas más reales que un ser viviente', suyos son los grandes arquetipos de que son copias imperfectas las cosas existentes. Para él la Naturaleza no tiene leyes ni uniformidad.
Puede hacer milagros a voluntad, y los monstruos salen del abismo a su llamada. Puede ordenar al almendro que florezca en invierno y hacer que nieve sobre un campo de trigo en verano. A su voz, la helada coloca su dedo de plata sobre la boca ardorosa de junio, y los leones alados de las montañas Lidias salen de sus cavernas.
Cuando pasa, las dríades lo espían desde la espesura y los faunos bronceados le sonríen de modo extraño. Lo adoran dioses con cabezas de halcón, y los centauros galopan junto a él.
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