jueves, 8 de junio de 2017

Z, LA CIUDAD PERDIDA


“THERE’S no sense in going further—it’s the edge of cultivation,”

So they said, and I believed it—broke my land and sowed my crop—

Built my barns and strung my fences in the little border station

Tucked away below the foothills where the trails run out and stop.


Till a voice, as bad as Conscience, rang interminable changes

On one everlasting Whisper day and night repeated—so:

“Something hidden. Go and find it. Go and look behind the Ranges—

“Something lost behind the Ranges. Lost and waiting for you. Go!”


Solo por descubrirnos el precioso y profundo poema de Kipling ya casi merece la pena el precio de la entrada a esta película.

Narra las -mayormente- desventuras de un joven militar inglés que, proviniendo de una familia caída en desgracia socialmenmte, no tiene más manera de progresar que aceptar un trabajo en medio de la jungla sudamericana, en la frontera del Brasil que el mismo tiene la misión de definir.


Culminando su misión tras meses de una durísima supervivencia en el "Desierto Verde" descubrirá los restos de una civilización que le impulsarán a regresa una y otra vez en busca de la supuesta ciudad fabulosa, Z, que los produjo.


Se trata de una película basada en hechos reales que refleja perfectamente las odiseas personales y los avatares de este y de tantos pioneros del siglo XIX y XX descubriendo las zonas más inhóspitas del planeta, teniendo que enfrentarse a las falsas creencias del momento y con la cortedad de medios que las circunstancias imponían.


No se dejen engañar por la foto: NO ES INDIANA JONES.

La película se centra sobre todo en los altos precios personales y familiares que se pueden llegar a pagar por explorar esas fronteras que la sociedad nos marca, sea o no rodeados de jungla, bichos y caníbales.

Y como, una vez que se escucha esa voz que nos llama MÁS ALLÁ, nada ni nadie podrá detenernos.

1 comentario:

Juan Constantin dijo...

Saludos:

No puedo estar más de acuerdo contigo: No se parece a Indiana Jones ni por asomo. Fui a verla hace unas semanas y las dos horas y veinte minutos se me antojaron dos siglos y medio. La factura técnica no es mala, pero las interpretaciones -salvo la de Hunnam- muy mediocres. El ser una historia real -hasta el dudoso final- creo que la lastra en exceso, y la narrativa es absolutamente lineal. Su presupuesto no era muy grande así que no se podía esperar mucha espectacularidad, pero eso no justifica que salvo algún ataque indígena, parezca que haya sido rodada en un jardín botánico y la misma casa rural de casi todas las tv movies británicas.
La historia puede ser real, pero no me enganchó en ningún momento: un honrado profesional que es prácticamente obligado a emprender una misión en el extranjero por motivos políticos. Elegido no por sus capacidades, si no porque nadie más quería semejante marrón y él no podía negarse, debido a la caída en desgracia social de su familia y bla,bla,blá...
Al volver de una misión que resulta casi inútil, le ha picado el gusanillo de la exploración y pretende labrarse una reputación en ese campo para ascender en el escalafón social, no dudando en abandonar a su esposa y sus hijos -cada vez que volvía la dejaba embarazada- por periodos de varios años en busca de un mito. Comprueba que en el campo académico hay casi más peligros que en la selva amazónica, y en su última exploración lleva a su hijo mayor con él, desaparecen los dos sin dejar ningún rastro...
Clara muestra de cómo el ansia por las apariencias sociales impide a ciertas personas con complejo de inferioridad a llevar una vida más humilde, pero que puede ser plena y feliz junto a su familia...

Juan Constantin