Esta vez es una mansión abandonada en medio de un denso bosque en las montañas Catskills el escenario, con tormentas veraniegas acompañadas de aparato eléctrico para terminar de hacerlo siniestro.
El relato usa esa efectiva técnica que es el no mostrar el monstruo, cuya presencia, cuyos ataques y vislumbres causan mucha más inquietud que si se lo describiera en primer término.
Se trata pues de investigar que clase de bestia inhumana está causando carnicerías en los alrededores de la Mansión de los Martese, unos históricos terratenientes que se han quedado progresivamente más y más aislados del resto de sus vecinos.
Sin espoilear demasiado, solo decir que Lovecraft vuelve a hacer uso de sus fantásticas teorías sobre la degeneración de los genes cuando se cruzan con los de la misma..."comunidad".
Pero no importa el final, sino cómo llegamos hasta el.
1 comentario:
Interesante, muy interesante, se ve que Lovercraft, a pesar de ser un experto en ciencia ficción elevada a lo terrorifico, al mismo tiempo siempre hacía esa crítica social de su época, de su idiosincracia, este relato parece como un corazón de las tinieblas de terror y a lo interno.
Sebastian O
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