En los años 80 y 90, una invasión de demonios extradimensionales se hubiera contado pues así, con demonios cayendo de los cielos apocalípticamente y mundos llenos de azufre y llamas.
Pero como este cómic no tiene otra función que conseguir la adaptación siguiendo los pasos de Walking Dead, pues la lucha entre el Bien y el Mal se cuenta con PERSONAS HABLANDO ENTRE ELLAS EN UN PUEBLITO AMERICANO.
"Épica costumbrista"...
También se ha perdido la buena costumbre de recapitular los hechos: Yo, que no vengo siguiendo la serie, no he acabado de enterarme cual es ahora el "status questionis".
Bueno, ya se sabe: demonios que poseen a la gente contra unos cuantos elegidos que tienen el poder de exorcizarlos.
Lo que si se puede disfrutar es el trabajo del dibujante, Paul Azaceta, al que no parece contrariar tener que dibujar eso, número tras número: personas normales hablando, a los que, de vez en cuando, se les ponen los ojos rojos o lanzan algún rayito.
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