Hedi es la historia de un chico apocado cuya madre y hermano están organizando su boda -una que no le hace mucha ilusión- de la misma manera en que organizan toda su vida.
Un viaje de trabajo a un abandonado resort playero le hace conocer a una bailarina del hotel cuyo flechazo le va a servir para darse cuenta que la vida que vive no es la que quiere, que los demás deciden por el.
El hotel medio abandonado refleja la vida en Túnez tras los atentados, como los demás aspectos y costumbres de la vida en este -y otros- países musulmanes.
El carácter casi autista del protagonista y el ritmo de narración hacen bastante pesada la película, más cuando refleja las miserias de ese país y de muchos otros, como el nuestro.
Pero hacia el final nuestra paciencia es recompensada, cuando el protagonista enfrenta por fin la "jaula de oro" en la que su familia le ha metido: manipulado, utilizado para progresar gracias a su matrimonio, ninguneado, mimado...
Hedi nos muestra LO DIFÍCIL que resulta siempre darnos cuenta de cómo los demás nos hacen vivir en mundo QUE NO ES EL MUNDO, en una vida QUE NO ES NUESTRA VIDA, es la suya.
Un doloroso canto a la libertad personal que además acaba parcialmente truncado por las insuperables circunstancias.
Para más INRI, el protagonista dibuja cómics "underground" y sueña con publicar en Francia. ¡Pobre Hedi!
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