Sorprende también que a estas alturas los zombies casi han desaparecido del cómic, o habitan sus fronteras, como una amenaza fantasma que en muy pocas ocasiones se hace ya tangible.
A cambio, he encontrado que algunos de los propios humanos supervivientes resultan mucho más temibles.
Así, este tomo se centra en eso, en el enfrentamiento de diversas facciones, en mostrar que nadie como los humanos para ser monstruos y nadie para amenazar la supervivencia como el hombre, "lobo para el hombre".
El dibujo de Adlar es un ejemplo de libro de cómo ceñirlo a lo puramente narrativo, en una serie que a estas alturas era ya obviamente escrita pensando en adaptarla a la televisión sin ningún problema.
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