SIETE VIÑETAS EN EL TIBET

Algunas de mis páginas preferidas del Superman de Busiek/Pacheco son estas dos en las que vemos una escena de vida cotidiana en el Tibet.

Concretamente la Capital, Lasha, pues ahí podemos ver el Potala, otrora sede del Dalai lama cuando este gobernaba el país más alto del mundo.

Este es precisamente el tipo de escenas que NO VAMOS A ENCONTRAR NI POR ASOMO EN NINGÚN CÓMIC NEW 52.

Pero sin embargo son en realidad las más importantes en el cómic de superhéroes: las que atan lo SOBREHUMANO en lo cotidiano y real.

Si las quitamos, solo nos quedan unas infantiloides escenas de puñetazos.

Es además una especie de "Oasis del autor", donde este tiene la capacidad de escapar a ese "infantilismo" a veces congénito que se achaca a los superhéroes.

Estas escenas, que seguramente el guionista no ha detallado al nivel que Carlos las embellece, son una ocasión para disfrutar el dibujo por el dibujo. Podrían pertenecer a cualquier tipo de cómic.

Y así debe ser el buen cómic de superhéroes: capaz de albergarlo todo.

Les tengo una simpatía especial por que, no se si Carlos fue consciente, pero existe una escena muy similar en los 4F de Kirby, que se detienen en su camino a Attilan para saludar a unos nómadas nepalies.

"El Rey", sin parangón en lo cósmico y en la coreografía de batallas, con el Gran Refugio escondido a solo unas páginas, se detiene y disfruta de esta costumbrista escena que es la que nos hará maravillarnos mucho más cuando alcancen el hogar de los Inhumanos.

Esta es, en definitiva, una de las señas de su grandeza: cualquier autor mediocre habría saltado a la escena de Attilan. Pero es esta parada la que pone carne y sangre humana en sus personajes.