En cualquier caso, el estilo que usa en esta Chaos War, aunque en un primer momento me pareciese un progreso frente a sus Mighty Avengers, una vez leído el cómic con atención se revela como un dibujo básicamente INSUFICIENTE, y que torpedea de nuevo las intenciones de Van Lente como ya hizo con los guiones de Dan Slott.
Hay ocasiones, como en los primeros números del Supreme de Moore, en las que queda dolorosamente claro que el artista NO ESTÁ A LA ALTURA de lo que el guionista demanda de él.
Van Lente y Pak han creado una magnífica saga cósmica como coda final (del primer volúmen) de su Hércules, con un recorrido por las dimensiones mágicas de Marvel: el reino de Pesadilla, la Muerte, el mundo de los Dioses. En resumen, donde Van Lente se curra una splash con, más o menos, TODOS LOS PERSONAJES FALLECIDOS DE MARVEL (LOS QUE AÚN PERMANECEN FALLECIDOS), que seguro que se ha molestado en recopilar, Pham tira por la calle de enmedio y lo resuelve con dos o tres personajes y muy mal colocados.
Y así en todas las escenas de multitudes, que ocupan toda la longitud de esta batalla por salvar la realidad. Vamos, como si en Crisis Pérez sólo hubiese dibujado la ANTIMATERIA blanca, vaya.
Aprovechamos por lo tanto para recomendar, eso si, la continuación, la nueva serie de Hércules, convertido en mortal, que tiene un magnífico número introductorio con una secuencia inicial magistral, que te presenta el nuevo estatus de manera indeleble y épica. Y como siempre, Van Lente se las apaña para rescatar un dato perdido de continuidad para iniciar su historia: ¿Alguien se acuerda de los Warhawks, los seguidores de Ares...?
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