martes, 3 de octubre de 2017

BLADE RUNNER 2049: ¿SUEÑAN LOS ANDROIDES CON CABALLOS DE MADERA...?

NO CONTIENE SPOILERS

Un mensaje al comienzo de la película del señor Villeneuve nos rogaba realizar las críticas sin contar la trama, algo que debería ser de cajón si muchos de quienes se dedican a esto tuviesen dos dedos de frente, lo que no siempre ocurre.

Afortunadamente, hay mucho que comentar de esta película sin necesidad de spoilear la obra, así que con gusto y profesionalidad, cumplimos el requerimiento del director.


Que en la actualidad se haga una secuela de un pasado éxito de Harrison Ford y que este retome a su antiguo personaje es algo como para poner los pelos de punta al más pintado.

 Pero podemos proclamar con regocijo que no todos los directores son como J.J. Abrams, a quien, según como se mire, esta película puede que lance un dardo bien envenenado sobre como tratar relaciones paterno-filiares.


Para ser dicha secuela, consideramos que esta película cumple y está a la altura de la original. Vamos, menos en una lógica cosa: que la otra fue la primera, rompedora y original, y que esta obviamente ya no puede serlo.

Pero si que reconstruye perfectamente ese mundo, lo ensancha y explora, siguiendo atentamente sus premisas y abriendo -ay, ay, ay...- nuevos horizontes.



Blade Runner es sobre todo una experiencia de los sentidos, la inmersión en ese mundo Cyberpunk.

El Espectador podrá disfrutar de una música que no es de Vangelis pero es como la de Vangelis, y que ambienta escenas fácilmente reconocibles.

Han pasado los años pero podremos pasearnos por las mismas calles lluviosas, disfrutar de los mismos anuncios de neón y asombrarnos con el excelente diseño de producción, consecuente pero a la vez milimétricamente derivado de la anterior.


La simetría que puede establecerse entre las diferentes escenas y ambientes de cada película podrá ser disfrutada por los fans más acérrimos como una vuelta al hogar, aunque no deja de reproducir las fórmulas que hicieron famosa a la película en primer lugar.


Queremos pensar que se ha hecho un buen trabajo, y que se ha recuperado lo suficiente de la versión original como para hacer reconocible la saga, añadiendo los necesarios y suficientes conceptos nuevos para que todo no resulte el acostumbrado refrito en el que tristemente han caído tantas y tantas franquicias similares.


Si tenemos que buscarle las cosquillas a lo que son dos horas de gran diversión, quizás los villanos de la cinta resultan algo planos y arquetípicos.

Leto salva el suyo con una interesante representación luciférica, de demiurgo revelado y, sin embargo, que carece del verdadero fuego creador. Pero podría estar algo más personalizado.

Como le ocurre al papel de Sylvia Hoeks, muy estereotipada como "esbirra imparable". Suena a ya visto muchas veces.


Nos queda la duda también de si Harrison Ford interpreta a un Deckard maduro o simplemente se interpreta a sí mismo. Pero su presencia, como el de muchos personajes y conceptos de la versión original, es bienvenida.


En cualquier caso la película no triunfa por ser una CONTINUACIÓN sino por presentar y re-presentar aquellos temas que convirtieron a la primera en un clásico de la Ciencia-Ficción:

¿En qué consiste ser humano...? ¿Hacia que tipo de sociedad nos encaminamos...? ¿No vivimos ya acaso en un futuro más distópico y con comportamientos más deprimentes aún que los personajes de la película...?


Un mundo devastado por las guerras, el caos informático, las grandes corporaciones que lo retuercen todo según sus intereses, con el clima y la ecología destruida, sexo pagado e impersonal, cuando no cibernético, dividido en una sociedad de clases con abisales diferencias...

Un mundo HORRIBLE aterradoramente cercano e indistinguible ya, gracias a los avances tecnológicos del nuestro.


Una película que funciona, como la original, por que, despojándola de todos los aderezos, no es más que la vieja historia NOIR del detective al que encomiendan una misión y que, en su investigación, se acaba topando con asuntos mucho más graves, incluso personales.

El personaje de Goslin inicia así una búsqueda de si mismo que lo lleva al interior del Laberinto y a través del infierno, en un quest con bastante carga mitológica y simbólica, rayando quizás ese mundo místico en el que desembocó el inventor de todo esto, Philip K. Dick.


Con un mensaje hoy tan eterno como necesario: que hay que luchar por la Verdad y la Justicia, incluso cuando nos pueda costar la vida, la memoria de nuestra labor, la propia identidad.

Aunque nos perdamos para todos..."como lágrimas en la lluvia" o copos en la nieve...

PS: No sufran, el director ha sabido que el monólogo de Roy Batty era insuperable. No esperen otro al final.



4 comentarios:

Krueger dijo...

No he pillado lo de Abrams y las relaciones paternofiliales.
¿Seguro que no es un auténtico coñazo como La llegada?

PEDRO ANGOSTO dijo...

Cuando la veas la entenderas.

Y no, tiene mas accion...

Alonso Rafael Lizaraz Sánchez dijo...

¡¡Simplemente majestuosa!!

Recrea y respeta perfectamente la Blade Runner original y además tiene mas sabor a animé que la primera, también noté un ambiente a lo 2000 AD y con planos a lo Kubrick.

Las actuaciones de Ryan Gosling, Jared Leto y Harrison Ford, simplemente geniales, y he salido enamorado de Ana de Armas.

Una experiencia sensorial y cerebral que vale cada centavo.

Grande Dennis Villeneuve.

Alonso Rafael Lizaraz Sánchez dijo...

Por cierto y se me olvidaba, guiño de oro al título del libro con la oveja origami que deja en la mesa el personaje de Edward James Olmos, inclusión que también se aplaude, y hablando de aplausos...Ay Rachael.