sábado, 20 de agosto de 2016

H.P. LOVECRAFT: EL CAMINANTE DE PROVIDENCE

He corrido a terminar este PEDAZO DE LIBRO -que por cierto, empecé para mi cumple- en cuanto me he enterado que hoy era el 126º aniversario del nacimiento del bueno de Howard Philips.

Pocas maneras mejores de celebrar la efeméride que publicando mis impresiones sobre esta MONUMENTAL obra que tan oportunamente ha editado GasMask hace tan solo unos meses.


Lo primero que hay que decir es que el autor, Roberto García escribe MUY BIEN. De cualquier otro modo...¡a ver quien es el guapo que se traga las 750 páginas que componen el volumen!

Lo segundo es que sin duda se trata de un apasionado por el autor, pues de otra manera no se concibe el esfuerzo no solo de escribir la obra en si sino de recopilar toda la información y hacer el trabajo de investigación que se adivina tras el volumen.

Aún ayudado por los más recientes estudios americanos de Joshi y compañía, que el libro incorpora adecuadamente, solo la cantidad de referencias y el seleccionar y organizar el material de toda una vida a mi me resulta admirable y de agradecer.


Como es sabido, Lovecraft era un apasionado de la correspondencia postal -lo que hacíamos todos antes que el email y las redes sociales acabasen con el noble arte epistolar- por lo que su vida adulta está totalmente documentada hasta en los más casuales detalles. Al menos a un nivel social y profesional.

Sumergirse en la vida de Lovecraft a través de sus propias palabras en una experiencia que marca carácter y que es OBLIGADA para cualquiera que se quiera llamar aficionado al autor.

Ojo, que a nuestro juicio pocas y nimias claves de su obra se van a encontrar en la biografía. Pero sin duda las ABISALES diferencias entre la monótona -que no reclusa- y humilde vida del escritor hacen inmediamente más impresionante su legado de ficción.

¿De donde sacaba Lovecraft sus ideas, si estuvo toda su vida en casa, primero con su madre y luego con sus tías...?


Roberto García hace un esfuerzo notable por desbancar muchos de los mitos que se han construido en torno a la estereotipada figura del escritor -particularmente los divulgados por la biografía de Sprague De Camp- , y sin duda consigue dar al traste con muchos de ellos, ofreciendo una figura mucho más conexa, humana, cercana y real.

Lo que -a mi juicio personalísimo- no consigue es derribar otros muchos mitos que al autor -a saber, miembro del grupo Alternativa Racional a las Pseudociencias- le interesa que Lovecraft comparta con el. Es algo humano, a mi me pasa exactamente igual.

Por poner un ejemplo que me ha chocado bastante, se nos dice y se nos repite que Lovecraft era, en definitiva, Ateo Materialista y que no creía en ninguna transcendencia, un humano insignificante en un cosmos que lo aplasta sin darse cuenta: Cthulhu que te pisotea y sigue andando sin inmutarse. FIN.

Como a mi eso no me acaba de cuadrar con el conjunto de la obra Lovecraftiana, he puesto mucha atención buscando CITAS DE LOVECRAFT que expresen semejante credo. En su inmensa mayoría, brillan por su ausencia en las 750 paginitas. No digo que no existan, no lo dudo, digo que no están.


Por lo que se me antoja que la tarea de distinguir lo que se cree que era Lovecraft de lo que verdaderamente era es una que está aún por completar, aunque el amigo Roberto nos ha mostrado felizmente el camino al no fiarse de lo que otros van escribiendo por ahí del genio de Providence.

PROVIDENCE, dicho sea de paso, el último sitio del ancho mundo donde un VERDADERO ATEO escogería vivir. ;-)

Es fascinante descubrir la pasión del autor por su ciudad, por su arquitectura, por la propia sociedad, por el pasado, por sus raíces -en este mundo y en otros...-, por su país, por la América pre-Revolucionaria...

Se entienden y se disculpan así mucho mejor sus extemporáneas alusiones y teorías racistas, hijas no solo de su tiempo sino del lugar y las gentes con quienes vivió.


Tendría que escribir otras setecientas páginas para poder expresar todos los detalles y sorpresas que estudiar con esta profundidad la vida de Lovecraft me ha supuesto

No puedo dejar de valorar que alguien con su INMENSO TALENTO fuese absolutamente INEPTO a la hora de buscarse un trabajo remunerado a lo largo de su vida. Yo el talento no lo tengo, pero la torpeza a fe mía que la comparto. Y siempre es un orgullo tener algo en común, por anecdótico que sea, con los autores que admiramos. Ni que decir tiene que semejante circunstancia aproxima mucho, muchísimo, nuestras visiones del mundo.

Ha sido también emocionante encontrar entre los centenares de amigos y conocidos de Lovecraft a Julius Schwartz, quien fuese con el miembro del fandom, posteriormente su agente literario y ya para la historia Alma Mater del Universo DC Comics. Es inspirador reconocer que esta inmensa creación de ficción está a un solo grado de separación de los mundos de Lovecraft.


Lovecraft, amigo de sus amigos, disfruto del contacto epistolar con estos, pero también nos descubre Roberto que viajó por los Estados Unidos tanto como pudo, y a pesar de que su intento de establecerse en New York fracasó como tantas de sus empresas, no dejó de visitarlo asiduamente y reunirse con su círculo de conocidos, lejos del ser huraño y asocial por quien mucha veces se le tiene.

Una enorme lección de humildad el que el autor tuviese que morir con un solo volumen de su obra -una de las novelas, de tirada limitada- apareciese con su nombre en el lomo.

Lovecraft malvendió todos y cada uno de sus relatos y acabó despreciando a las publicaciones que los albergaron, a los lectores de estas, por supuestos a muchos editores y a sus tretas y al mismo arte de molestarse en escribir historias para que otros las leyesen -sin comprenderlas, quizás-. Para el con imaginarlas ya bastaba, llegó a afirmar.


Hablando de la influencia de Lord Dunsany en Lovecraft, García escribe el que nos parece más certero párrafo de toda la obra, uno que, tomado en toda su extensión, negaría la utilidad de esta apasionante y NECESARIA biografía :

Que lo que aprendió del otro escritor de los Mundos del Sueño no consistió en una cuestión de temas o estilo sino a HACER DE SU OBRA EL DEPOSITARIO DE SUS MÁS INTÍMOS Y PROFUNDOS MENSAJES, TEORÍAS Y COSMOVISIONES.

Al verdadero Lovecraft, por lo tanto, solo se le puede y se le debe buscar en sus escritos "de ficción", que siempre protagoniza el, sea bajo uno u otro alias, en mayor o menor grado.

Pensamos que allí donde esté, definitivamente transmutado en el aventurero Randolph Carter, sigue no ya imaginando sino viviendo las aventuras que la miope y desagradecida sociedad de su tiempo, sin un ápice de arte, le negó.


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