jueves, 11 de junio de 2015

LOS VIAJES DE GULLIVER, DE JONATHAN SWIFT

No podemos imaginar cuantas lagunas y prejuicios podemos llegar a tener sobre un libro los que pensamos que los conocemos a través de tal o cual adaptación: No se "esperen a la película", amigos.


En este caso, descubrir que dentro de la fantasía de los Viajes de Gulliver, influenciada por los antiguos libros de viajes que describían seres legendarios de las más inhumanas formas, lo que en realidad se encierra es un libro sobre UTOPÍAS, con una clarísima intención de crítica social y política.


Se traiciona Swift, por que cada ver que arriba a uno de los imposibles países, inmediatamente acaba al lado del Rey del lugar, que normalmente se fascina por las maravillas que cuenta de su país natal y escucha atento sus sabios consejos.


En otro orden de cosas choca también muchísimo la obsesión de Swift con las funciones corporales de Gulliver y las odiseas para realizarlas mientras que está de viaje.


Es curioso como el viaje más conocido es el primero, al diminuto reino de Lilliput, seguido por Brobdingnag, el reino en el que Gulliver es el enano y está habitado por gigantes.


Mucho menos ilustrados y referidas son las visitas a la Isla flotante de Laputa y subsiguientes, que es cuando el libro se vuelve profundo, interesante y surrealista.


Swift consigue unos notables efectos a la hora de describir las diferencias de tamaño entre Gulliver y los habitantes de los dos primeros reinos, y da larguísimas descripciones de como difiere la vida en ellos de la que conoce, variando estas diferencias entre lo ideal y modélico y lo símplemente cómico y crítico.


También cambian sus circunstancias de vida: mientras en Lilliput Gulliver es un gigante guerrero imparable, lo  que no le salva de conspiraciones políticas, en Brobdingnag acaba convertido en fenómeno de feria.


Con las visitas a Laputa, Balnibarbi, Glubbdubrib y Luggnagg las civilizaciones humanas se vuelven realmente estrambóticas, y con ello Swift quiere parodiar, ridiculizar y criticar algunas actitudes humanas.


Es curioso como pretende cubrir toda clase de experiencias humanas, convirtiendo su libro en una firme guía moral y social para toda posible situación: en un sitio hay pensadores tan abstraidos en sus propios problemas como los filósofos, que no se quieren dar cuenta de la realidad.


En otros son los científicos prácticos los que se apasionan por los cacharros más inútiles para la sociedad, una temprana referencia a los "mad scientists".


Una singular lugar permite a Gulliver hablar con los fantasmas de los difuntos y conocer así de primera mano la Historia. No hay nada que escape a sus opiniones, correcciones y sugerencias.


Swift para los nombres no era demasiado bueno, aunque se aprecia el esfuerzo por inventar idiomas y por el esfuerzo que hace el personaje en aprender la lengua nativa de cada lugar y así hacerse entender.

Pero es en el País de los Houyhnhms donde la crítica social se vuelve más fiera y palpable: allí habitan caballos inteligentes y los humanos -YAHOOS, como el buscador- son unos brutos libidinosos, salvajes y malolientes.


Así ve Swift a sus paisanos, que Gulliver aborrecerá al volver del ideal país equino.

Esta parte es un canto contra el etnocentrismo, pues en este mundo al réves Gulliver sufre al ser tratado como un salvaje Yahoo, y los sabios équidos se horririzan al saber cómo tratan los humanos a sus congéneres de cuatro patas...


Sin duda es un amante de los caballos, y los usa para encarnar en ellos las mejores virtudes humanas, un reino sin enfermedad ni crimen, que sirve para ridiculizar, avergonzar y reprender a todos sus paisanos, de los reyes para abajo.

Tras esto, habrá que leer nuevas Utopías de la época y ver que equilibrio tienen entre la fantasía y la -en caso de Swift- APESTOSA realidad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Así que ya hizo el planeta de los simios mucho antes.

ABDF

PEDRO ANGOSTO dijo...

Pues si, en efecto, de ahí viene esa idea. Gran apreciación!!