Quizás el argumento es absolutamente predecible, a pocas nociones que tengas de narrativa, pero sin duda eso queda compensado por algunos de los personajes más carismáticos de la animación, con el sin par cerdito bailarín Gunter a la cabeza.
McConaughey muestra su versatilidad interpretando a un dulce koalita, y la cinta cuenta con otras estrellas como Taron Egerton o Scarlett Johansson.
A pesar de acabar siendo tan "preachy" como muchas producciones animadas, por encima de los mensajes de perseguir los sueños y demás traumas infantiles de los creadores se desprende un genuino amor por el Teatro, la Actuación y el Show Bussiness.
Todos los niños arrastrados por sus padres hoy en día a los castings de Talent Shows no deberían dejar de verla.
Siempre que no dejen de explicarles que, en la vida real, no siempre las cosas tienen el final feliz que te telegrafían estos guionistas.
A veces el "Amor al Arte" solo sirve para arruinarte y que encima hablen mal de ti.
Pero en este mundo cruel al menos tenemos películas como esta para olvidarnos un rato de la cruda realidad, y renovar hasta donde nos deja la experiencia, nuestros ánimos y sueños.
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