Como granadino de adopción que hace muchos años aprendió los misterios de la Puerta de la Justicia y su papel en desentrañar los misterios que encierra la Alhambra, he disfrutado este cuento, uno de los que el mítico edificio inspiró a Irving, de una manera muy especial.
El escritor se las apaña para enraizar las maravillas cotidianas de esos barrios y paisajes granadinos con los mismísimos cuentos de las "Noches Árabes" y crear un legendario y mágico origen para el palacio Nazarí.
De Egipto trae inmortales hechiceros, estudiosos de la alquimia que han desentrañado los secretos de la inmortalidad, y que estudiaron a los pies del Profeta.
Mágicas cavernas a la base de la Alhambra se convierten en su mansión, y la propia fortaleza es erigida como imagen terrestre de un palacio ideal sacado del mismísimo Paraíso.
Y algo (o todo) de lo que aquí se narra ha de ser cierto, para que el hechizo de Granada nos siga cuativando hasta hoy en día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario