Hay películas que llegan sincrónicamente justo cuando uno más las necesita y esta es una de ellas.
Humilde -hay que guardar los fuegos artificiales para lo que vendrá- pero precisa, efectiva, actual e increíblemente personal y profunda.
El genial poster versiona la portada de All-Star Comics # 3, mostrando en qué ha devenido la
Justice Society y el concepto de superheroísmo actual,.
Los Thunderbolts, como sabemos, son un equipo que ha pasado ya, ay, por demasiadas encarnaciones en los cómics, desde la magistral y original de Busiek del grupo de villanos que se disfrazaban como los nuevos héroes tras que
Onslaught y Franklin Richards devorasen en
Heroes Reborn a los Vengadores y 4F.
Los villanos, liderados por un alemán nazi enmascarado, cubierto de cicatrices -abundan- acababan como no, redimiéndose, como todos en esta vida. Para eso está.
Trasladados al Cine Marvel la alineación en esta ocasión la componen un grupo de héroes un tanto redundante en el que todos son versiones americanas o rusas del Capitán América -tan redundantes, que una la palma pronto-, versiones dañadas, descartadas, oscuras, corrompidas por los demás o por una vida de lucha en la que no han encontrado su lugar.
Manipulados por una maquiavélica Condesa Valentina Allegro "De la" Fontaine, lejana a la elegante y sexy versión de Steranko, que quiere esconder los nada éticos e ilegales Experimentos con Humanos Traumatizados que ha estado llevando a cabo para crear Nuevos Superhombres, este grupo de mercenarios, un Suicide Squad, descubre con sorpresa que LES HAN MENTIDO y que solo colaborando podrán sobrevivir.
A ellos se une "Bob" -"No disparen, soy un "Methhead", único superviviente resurrecto del programa, que emerge cual Osiris tornado Ra de su Sarcófago y será clave para liberarlos de ese Hades en el que han quedado condenados.
Yelena, Black Widow II, cometerá un grave error aconsejándole ignorar y reprimir el Vacío cuyo dolor ha intentado endulzar con la droga, a falta de una solución mejor como ha acabado siendo este Reclutamiento Forzoso.
Al rescate alquímico llega el Guardían Rojo, el más humano y por lo tanto, destrozado por los envites de la vida, víctima de los caducos ideales comunistas pero a la vez crisol de los más altos ideales de Heroismo y Hermandad.
Como representante del buen Gobierno, a cuyo control los Servicios Secretos nunca pueden escapar, tenemos a Bucky, Winter Soldier, ejemplo último de las perfidias del Control y Manipulación Mental, algo muy real y cuyos muy Reales horrores es mucho mejor que la ciudadanía continúe ignorando, junto al 99% de lo que en realidad ocurre.
Valentina, lo usa pérfidamente para hacerse con el control del recién estrenado Sentry, solo para comprobar que no puede controlar a quien es su Superior en poderes. Y ahí se desata la tragedia.
En ausencia de superhéroes -aún que no hubiese estado de más que Bucky le diese una llamadita al Capitán America II, este puñado de desheredados tendrá que colaborar si quieren impedir que El Vacío, el lado oscuro de Bob -como Robert Bruce Banner- Reynolds, devore New York y el universo entero, con su poder de "un Millón de Soles".
No solo Sentry acarrea una Sombra jungiana, sino que todos los demás personajes la tienen, o Niños Interiores traumatizados sin curar, dando a todo no solo el trasfondo mítico y heroico sino también el Psicológico.
La verdadera batalla se librará en el Inconsciente forzosamente "colectivo". Por que colectivo ha sido el daño y los errores que llevan hasta cualquier punto y persona.
La "Culpabilidad" legal, la "Elección Libre" de hacer tal o cual son falsos conceptos para estigmatizar al Chivo Expiatorio, social o personalmente.
Nadie nace ya con un lado oscuro o traumatizado, y de lo que ocurra con el sus progenitores y cuantas personas se crucen en su vida son igualmente responsables -por acción u omisión.
Si los traumas, casi siempre, provienen de la niñez, caso cerrado. El villano no es The Void, es el Gobierno que, en lugar de proporcionarle un adecuado terapeuta y completa reintegración lo sometió a sus experimentos, deshumanizándolo.
Hemos de movernos hacia una aceptación SOCIAL de la "Maldad", que es como todo un concepto humano, y cuya erradicación no va a provenir NUNCA de que "elijamos" hacer el bien, por que hay personas que, no habiendo disfrutado nunca de verdadero poder ni libertad, ni psíquica ni social, están atrapadas y dependientes del socorro preciso y adecuado de la Realidad que los hirió.
Y es el colmo de la maldad acusarlas y procesarlas, para esconder la verguenza y la omisión de Socorro.
Cuando Sentry ya no alcanza a frenar el trauma que los demás han desatado, al intentar controlar a alguien dañado, Yelena se alza como heroína al RECONOCER SU TREMENDO ERROR y darse cuenta de que alguien abandonado por la vida no puede tener otra salvación que el abrazo que le haga sentir el amor que ha pasado toda una vida sustituyendo con sucedáneos.
En cuyo punto, este que escribe, rompió a llorar como un Niño Exterior.
Y es que odiamos acabar SIEEEEEMPRE teniendo LA RAZÓN.
La magistral escena final no deja de reflejar ironías reales: Con un telóncito, Valentina pretende ahora convertir sus maldades en triunfos y publicidad, "compensado" a los villanos con un nuevo papel. (*)
Pero "No hay "buenas" obras sin castigo", y la manipuladora será ahora la manipulada.
Las lecciones no pueden estar más claras. Seguro que le debéis un abrazo a alguien, incluso, a vosotros mismos.
En cuanto a todo lo demás, concluimos con el lema de los Thunderbolts originales:
"Justice, like Lightning...ever should appear, to few men's ruin but all men's fear"
Se refiere a la divina, claro.
PS: Mucha tormentina por Madrid desde el estreno... La Realidad refleja su modelo "Ficticio".