Un joven padre separado de un hijo con problemas de autismo sale en un permiso de la cárcel donde se haya por una denuncia de su avalista, que tuvo que pagar al prestamista al que este no pudo devolver un préstamo.
Su novia, una mujer casada, encontró un bolso con monedas de oro y a pesar de que intenta venderlas y pagar parte de la deuda para que le permitan salir de la cárcel, decide devolverlas a la persona que lo perdió, una misteriosa mujer.
Los funcionarios de prisiones aprovechan que la noticia se hace pública para montar una campaña de publicidad que lave los problemas y suicidios en prisión, y el avalista, rencoroso y defraudado, está celoso de que ahora el héroe sea el preso.
Pero a pesar de que al conocerse la buena obra la libertad parece estar al alcance, la sospecha de los funcionarios sobre que la historia no es tal y como la cuenta (pues oculta que no fue el quien encontró el bolso) desata una bola de nieve que frustrará una y otra vez sus intentos por recuperar la libertad.
Una angustiosa reflexión sobre el temible mundo de la burocracia, las envidias, la falta de solidaridad, el uso de los medios, la falsedad de estos y en definitiva como hemos construido una sociedad capaz de machacar hasta el más noble de los gestos, especialmente estos.
O en otras palabras, el "Plácido" iraní, pero sin comedia alguna.
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